viernes, 31 de julio de 2009

Indonesia a ritmo de Sumba

Bueno, de ritmo poco. Resulta que en esta isla, la más insólita de todas en las que hemos estado, encontramos una tranquilidad no muy habitual en nosotros. Éramos felices con nuestra motillo alquilada, recorriendo esas carreterillas, que en algunos momentos eran un infierno ya que los baches la hacían intransitable. Establecimos el campamento base en Waikababuk, desde donde cada día partíamos hacia diferentes puntos y de esta forma fuimos desentrañando lo que este lugar tenía en sus adentros.


Multitud de pequeñas comunidades con esos techos tan peculiares hechos de “paja”, y esas “piletas” de piedra que encontrabas en el centro a modo de altar de sacrificio, pero sin serlo. En las casas más avanzadas el material del techo comenzaba a ser sustituido por una especie de hojalata, dando un toque menos auténtico, desde nuestro punto de vista, pero seguro más confortable y duradero para el punto de vista de los que usan, que al final es el que cuenta. Y es que esto, aun que tenga su lado positivo también tiene uno negativo, a parte del estético, pues la gente cada cierto tiempo debía cambiarlos, y para ello se ayudan dando lugar a fuertes lazos de unión entre los vecinos, ya que los unos dependen de los otros. Y con este tipo de avance, estos lazos se hacen cada vez menos necesarios, llegando a ser inexistentes al final, rompiendo así parte de la cultura del lugar. Pero señores esto es el desarrollo tan amado por todos, o no?



La frase que mas oíamos era el “Hello Mister”. Los niños no paraban de saludarnos cada vez que atravesábamos cualquier pueblito, o en cuanto nos parábamos para echar gasolina. Mujeres lavando la ropa a la vera de los ríos, valles cubiertos de arrozales, trabajados y moldeados por el hombre (en el sentido genérico, ya que más bien había mujeres trabajando en los campos de arroz, los hombres dirigían pero el trabajo duro era de las mujeres) y pescadores mirando al mar, así es Sumba. Los pueblos no están cerca del mar (en esta zona es habitual la aparición de sunamis) pero te ves muchos pescadores en las numerosas y desiertas playas.



Una de ellas, Pantai Rua, la buscábamos durante largo rato preguntando a la gente y por fin, tras caminos inimaginables llegamos a un punto desde donde la divisábamos, pero entre ella y nosotros teníamos enormes campos de arroz. Viendo que la carretera lejos de dirigirse hacia ella nos alejaba, decidimos aparcar la moto e intentan cruzar el campo de arroz para llegar a la playa. Así nos pusimos a caminar por donde las aguas canalizadas pero no hacíamos más que rodear el arrozal. Cogimos por un lateral y llegamos a unos palmerales húmedos totalmente imposibles de atravesar. Por fin nos encontramos con unos trabajadores, pero la impotencia que sentimos de no saber cómo comunicarnos recorría cada uno de nuestros poros. Y es que les decíamos Playa Rua y ellos señalaban la playa, y nosotros con señas tratábamos de explicar que queríamos estar allí. Pero parecían no enterarse. Uno de ellos al ver lo perdidos que estábamos nos acompañó, nos hizo de guía, teniendo que cruzar un río hasta la ansiada playa. Preciosa, virgen, con palmeras, arena blanca y nosotros, nada más. Luego nos dimos cuenta que más adelante había un camino que llegaba hasta la mismísima orilla. Por ese mismo camino había una fundación que trataba el tema de la malaria, que arrasa en esta zona. Trabajan tanto el lado de la prevención, mediante la educación, nada de fármacos (es decir, evita que te piquen los mosquitos, allí donde te acribillan los mosquitos) y en tratamiento una vez que des los síntomas, lo cual sí que es un alivio para los de la zona, seguro.


Pantai Rua. Sumba

Pequeñas esferas perfectas,
espectros multicolores,
modeladas por vientos y mareas
y los mimos y caricias de sus roces.

Restos de conchas y piedras
teñidos a blancos y cremas,
los rojos de corales hacen sombra
en las aguas azul turquesa.

Las barcas de los pescadores
se pierden en el horizonte,
dibujando sus velas
la ilusión en sus corazones.


De nuevo tuvimos que atravesar el campo de arrozales, con búfalos por todos lados que nos miraban con cara de pocos amigos, y al llegar a nuestra moto, algo realmente insólito, nos había ocurrido. Nos habían robado el casco. Es la primera vez en los seis meses que llevamos de viaje que nos han robado algo, y jamás pensamos que pudiera ser en Indonesia. Pero bueno, teniendo en cuenta que un casco nos salió por algo menos de 5€, la verdad es que tampoco fue para tanto.


Muy pocos, por no decir que casi ningún turista, estaban por el lugar. En donde nos hospedábamos teníamos algún surfista buscando las olas perdidas de paraísos sin explorar. Un tipo de viajero con el que hasta ahora no nos habíamos encontrado, los surferos. Fueron protagonistas de nuestras entrevistas, y es que es sorprendente que no duden, ni que añadan nada más, en cuanto le preguntas cuál es tu motivo para viajar, la respuesta es rotunda: surfear.


Cascadas y playas repletas de conchas que nos hacían disfrutar, y en cuanto la noche llegaba no te podías plantear hacer nada de nada. Nos hemos hinchado de ver pelis que teníamos grabadas en el ordenador.


Sansara

¿Cómo prever
que una gota de agua
no se evapore nunca?
Difícil pregunta
ha de tener
respuesta sencilla y savia.
Introdúcela
en el océano.
La vida prosigue,
nunca se para.
En una piedra
de las aguas oscuras,
viven juntas,
pregunta y respuesta,
respuesta y pregunta.


En toda Indonesia hay un medio de transporte llamado “meno” que consiste en una furgoneta que va parando en cualquier sitio, y que nunca para el motor, recogiendo y soltando a gente, y cobrando según el trayecto que recorras. Hasta ese punto no tiene nada de raro. Lo que lo hace peculiar es la música, que la ponen a todo volumen, y que por muy cutre que sea, siempre tiene unos pedazos de altavoces que hacen del viaje un trayecto insoportable.


Para conectarnos a internet tan sólo había un lugar en el pueblo, y ninguno más en los alrededores. Allí donde estaba una antena de repetición, en la base, había una pequeña sala con dos ordenadores que se conectaban por móvil, y con un ritmo lento, no, lentísimos, podías conectarte al mundo cibernético. Al menos había internet ya que en el resto de la isla no sé si habría esta opción, pero teniendo en cuenta que una vez que salías del pueblo no existían ni puestos callejeros para comida, y que por tanto siempre que salimos a recorrer caminos teníamos que llevarnos comida porque sino no comíamos nada, no creo que hubiera ningún sitio con un ordenador, o al menos nosotros no lo vimos. Para salir de la isla hacia Bali fuimos en avión, el aeropuerto consistía en un pequeño edificio con una sala de espera. El único avión que volaba, por supuesto no era a diario, sino tres veces por semana, que ya era mucho, aterrizaba y no apagaba el motor. Bajaban algunas personas, otras como nosotros se subían y volvía a despegar. El piloto abría su ventanilla y se ponía a hablar con la gente de tierra. Vamos que menos por la música podíamos decir que se trataba de un “meno” que volaba.


Llegamos a Bali para encontrarnos con Iker, al que teníamos muchas ganas de ver. Nos había mandado un correo diciéndonos que estaba en la playa de Balangan. A nuestra llegada intentamos llamarlo al móvil pero nos dio fuera de cobertura. Así que nos montamos en un taxi para que nos llevara a esa playa sin tener muy claro como lo encontraríamos. En realidad ni siquiera sabíamos si íbamos al sitio correcto, y es que no apuntamos el nombre de la playa y tan sólo sabíamos que era “balan” y algo más, y fuimos a lo más parecido que vimos. Conforme el taxista avanzaba la duda nos llenaba más y más la cabeza. Nos dejó en una calle sin asfaltar, en medio de la oscuridad, en la que había tres pequeños lugares. Afortunadamente a la primera persona que preguntamos por un español llamado Iker, en seguida nos dijo “¿de pelos rizados?”…ya lo habíamos encontrado. Nos indicó que bajáramos a la playa, y con linterna en mano, ya que no había luz, llegamos a un chiringuito en el que tras preguntar al dueño nos dijo que efectivamente Iker estaba allí hospedado.


Era un precioso chiringuito, hecho de madera, en primera línea de playa. Las habitaciones, que consistían en un colchón tirado en el suelo y una mosquitera, eran el lugar perfecto para nuestra despedida de Indonesia. Es buenísimo encontrarnos de nuevo con él, ya va la segunda vez en el viaje, ya que también coincidimos en Buenos Aires.


A la mañana siguiente nos animó a meternos en el agua y probar a coger unas olas. Yo lo único que cogí en este caso fueron agujetas en los brazos. Juanlu sí consiguió surfear una olita de verdad, y no espumilla, ole ese campeón! La historia es que el arrecife estaba justo bajo nuestros pies, y tenias que nadar y nadar, y nadar. Uff esto de surfear cansa y mucho.


Justo delante del chiringuito había un rompiente de olas perfectas, con esos tubos tan hermosos, hacían de imán para los surfistas que no paraban de entrar en el agua desde las 7 de la mañana. A media tarde, al bajar la marea, se descubría el maravilloso arrecife, abriéndote camino hacia las playas cercanas. Superbonito, y compartirlo con lindas conversaciones con Iker lo hacían aún más especial.



También nos fuimos hacia Ulu Watu, lugar mítico surfero, donde las bellas olas hacían que los surfista pudieran deleitarse constantemente. De ahí hacia Pura Luhur, un pequeño templo que se halla sobre un enorme acantilado. Las olas rompen a un ritmo lento pero constante contra la majestuosa piedra. Tierra, agua, aire y el fuego del sol poniéndose antes nuestros ojos. Te quedabas hipnotizado observado el ir y venir de las ondas del mar, y como éstas al llegar a los arrecifes se convertían en olas perfectas, con tubos cristalinos para finalmente terminar en una espuma que se difuminaba sobre el negro de la roca volcánica. Una foto jamás podrá captar la belleza del majestuoso movimiento de la naturaleza en armonía. Y en lo alto, justo en la punta, un pequeño templo, una pagoda, que daba un toque espiritual al lugar. Sumarle a ello un sinfín de monos que merodeaban tratando de quitarte algo en el despiste que producía tan bello lugar.


Una noche de marcha fue la despedida que tuvimos en Kuta. Y de aquí para Bangkok. Volver de nuevo a esta ciudad me provoca un doble sentimiento. Por un lado la nostalgia de los momentos vividos aquí, que fueron muy emocionantes por tratarse del primer gran viaje que hice en mi vida. Y por otro el ver como todo esto, pese a seguir siendo igual, a la vez ha cambiado. No sé si el que vengamos de un largo recorrido es el motivo. Pero chicos lo que consigamos descubrir en Bangkok será ya parte de otra historia.

Un besazo enorme.

Cris y Juanlu
Massaleros Vuelta al Mundo.

5 comentarios:

  1. No se si esto va a salir bien, o no,
    pero voy a ver doy un un paso.
    Quiero con estos versos, o tal vez no,
    intentar ponerme en vuestra piel
    para de esta forma transmitir
    lo que me habéis hecho sentir,
    en esta última entrega del blog.
    Islas, mar, sol, tierra...sentimientos de color
    unidos todos formándo un abanico.
    Abanico de energía, abanico de ilusión.
    abanico con el que esparces siempre emoción.
    Lo vivido en Indonesia, más alla de experiencia,
    es una lección magistral para la vida,
    dónde demostráis, que poco siempre es mucho,
    y que mucho es lo que siempre nos mandáis,
    y que lo que nos mandáis siempre es amor...
    Allí, allá...por cualquier lado en dónde estéis.
    Que nunca olvidéis estas experiencias
    que la vida os ha brindado:
    1ª El haberos conocido y poder compartirlo
    2ª El disfrutarlo, para que algún día lo hagan
    otros "seres" queridos.
    Cuídaros mucho, pronto los Massaleros se duplicarna y la emoción aumentará.
    Os quiero y os mando todo mi amor.

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  2. En el segundo verso, no se como ha pasado, pero quería poner:
    "pero voy a ver si doy un paso"
    Cosas de la edad, que se le va hacer.
    Perdonad, os quiero de todas, todas.

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  3. Bueno bueno bueno !! Queridisimos amores !!!
    Como me estais poniendo los dientes , no os lo podeis ni Imaginar y creo que ahora mas que nunca , devido a que son mis paradas Favoritas junto con tailandia , Bali y Laos !!!!
    Madre miaa,que paraisos mas increibles !!! Ahora he de reconoceros que me cuesta un poco asomar mi nariz por estos territorios porque entre los preparativos de esta gente con sus billetes, vacunas y emociones... a su viaje a Tailandia y que enciman al final han resultado ser toda una pandilla exploxiba y maravillosa , digamos que me cuesta interesarme en todos esos paraisos , para no enfermar de la envidiaaaa !!! Aunque creo que va a ser inevitable en cuanto los vea despegar...!!! ;(((((

    Pero siempre haré un esfuerzo por ustedes que sé que lo dais todo en la buenas y en las malas, y yo estaré siempre con ustedes no fisicamente por desgracia !!!pero si en el corazon , esepro que sigais disfrutando y viviendo maravillosas aventuras .
    Me he alegrado mucho la aparicion de Iker, otro auntentico aventurero , que viendolo ya esta hecho todo un Robinson crusoe !!! Oye que me encanta las fotografias las poesias maravillosas Juanluis !!! y que OS QUIERO con todo el Almaaaaaa !!!!Y OS HECHO MUCHISIMO DE MENOS , cuidaro muchooo VALEEE !!!muak

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  4. Massalerosssss!!!! Que maravilla!!!!!
    Escucho unas voces en mi mente: "Sumba Sumba.. el banco lo paga.. Sumbando pa Tailandiaaa!!!!!! Ay dios mido me iría pa allá mañana mismo, sin vacunas, "niño ten cuidao con la Malaria!" que tenga cuidao ella conmigo!!! Ay que me voy. Que no. Que si noo si no si noooo..... voy a enloquecer!!
    Encima veo a Iker y me muero de envidia. Cuando vayan Inmortal y toa la prole no pienso abrir el blog, siempre me ha ido la marcha, pero cuando el masoquismo se convierte en violencia entonces nada de marcha, un vaso de colacao y en la cama a las 22h!!
    Oye qué puesta de sol.. me recuerda al sajorami en Zahora que se pone por la derecha y se ve tambien un templo, casi igual de mágico.. un cuartel abandonado ravero!!!!
    No, pero aquí estamos mu bien a 45º a la sombra. Si dejas la moto para recorrer arrozales se te derrite antes de que llegue el cani y te quite el casco y la moto.

    Me encanta de nuevo todo, vuestro aspecto de felicidad es lo que más me gusta guapetonessss!!
    Os hecho de "meno" ahora y muchísimo más todo el tiempo que estaré out como os comenté antes.

    Besos!!

    Emilísimo

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  5. Repetitivo, pero os leo, y resulta lo más bonito del día,porque en ese momento la aventura es mia,y es que no os perdeís una...os meteis en todos los fregados, lo llevais todo de calle, demonios de massaleros me teneis agotada, que aunque metida en la mochila, también canso, y la angustia de encontrarnos o no con Iker, Cris de esa manera nos llegas, que no creo que sea a mi sóla.
    Y las fotos? tan representetivas y acorde con los comentarios, una pasada....
    Esas poesías,Juan que bonitas,ya ves si nos ponen, que la de "Malaga"hace sus pinitos...bieeenn. Como me sigue gustando verte detrás de esas gafas, bieeenn también por eso, bieennn por los nuevos massaleros,y bieeennn, por la comunidad de Kupambala, que va a ser difícil que os olvide.
    "Te deseo que descubras, con urgencia máxima, por encima y a pesar de todo, que existen, y que te rodean seres oprimidos, tratados con injusticia y personas infelices."
    Besos

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