sábado, 28 de febrero de 2009

Rumbo al Fin del Mundo

O como otros decían “Al CULO del Mundo”. Nos costó salir del Chalten y de ese encanto que nos embriagó, pero íbamos con ilusión pues nos dirigíamos a Ushuaia, la ciudad más austral del mundo (es decir la que está más cerca a la Antártida). La verdad es que hacer este viaje de 1000Km y 27 horas en autobús, fuera de ser muy cansado, te hacía ver hacia donde te dirigías. De nuevo bastas extensiones de terreno en el que era imposible que algo creciera o floreciera. Atravesamos la frontera con Chile, lo cual fue un verdadero Kilombo, de colas y esperas. Tras ello atravesamos el estrecho de Magallanes…un lugar sin nada, tan solo el pequeño ferry y un faro a cada lado del estrecho (Chile no tiene población en esta zona del país), y el romanticismo del lugar por el que estábamos pasando seguía invadiendo nuestras mentes.



Tras más de 2 horas por un camino casi inexistente (camino de ripio) llegamos de nuevo a la frontera para pasar al lado argentino. De nuevo colas y esperas. Salías de la sala donde te sellaban, y desde donde mirabas a fuera y percibías una tranquilidad pasmosa, y un viento fuerte que cortaba azotaba incesante, vivo. De nuevo nada a tu alrededor. Esa sensación de estar en mitad de la nada, era inmensa.


La llegada a la ciudad de Ushuaia era precedida por una impresionante cordillera montañosa (el final de los Andes) que te hacia cambiar de entorno, de nuevo, y entrar en un lugar lleno de vegetación y de vida. La larga estancia en el autobús dio pie a crear amigos, por supuesto. Entre ellos una pareja de españoles con los que nos fuimos a cenar esa noche en Ushuaia.


La verdad es que cuando te hablan del fin del mundo te lo imaginas como un lugar inhóspito, pero Ushuaia no era para nada así, al tener aeropuerto no es necesario pasar el calvario que nosotros pasamos para llegar y resulta muy accesible de esta forma. Y también es parada obligada de los trasatlánticos, que no son pocos, que pasean por todo Chile y Argentina. Total que el romanticismo con el que veníamos se nos vino un poco abajo. Todo demasiado preparado, y poco más que una ciudad. Al menos esa fue nuestra primera impresión.



Ushuaia


La llaman Tierra de fuego
aunque no lo haya por parte alguna,
te queman sus fuertes vientos,
sus lluvias y el sol te abruman.

El fin del mundo bajo un cielo
que roza mar, lagos y turba,
fauna y flora en estado pleno,
vestigios Yamanas en la penumbra.

La más austral de las ciudades,
el canal Beagle entre dos océanos en guerra,
atrincheradas en sus aguas de oportunidades
entre otras, la isla H y la pinguinera.

Una bahía con travesías al conteniente antártico,
con bigotudos marinos y hombrecitos de frac,
un muelle de lujo con enormes transatlánticos
y erigida a sus espaldas la cadena Martial.




Hicimos dos cosas por la zona antes de emprender nuestra vuelta a Buenos Aires, que esta si que la hicimos en avión, y menos mal. En primer lugar ir al parque Natural de Tierras del Fuego. Allí el tiempo es eternamente cambiante y pasa del sol a la lluvia en un batir del viento.


El treking que hicimos por el parque natural nos hizo soñar con bosques que hablaban y duendecillos que se cruzaban. Y lo más impresionante de todo ello era la vida que allí había. Tenias muchas aves que no se asustaban a tu paso, y que podías observar de cerca. Lo mismo pasaba con los conejos y zorros que vimos. Nos sentíamos en paz con el sonido de los arboles en el balanceo del viento, y con esas playas que jamás habías imaginado. La verdad fue que nos flipo.




Al día siguiente un paseo en velero hacia alguna de las islas de alrededor nos llevo a ver Leones marinos a mansalva, panchos y malolientes, jeje. De ahí a otra isla en la que hicimos una caminata, no sin antes cruzarnos con los pingüinos por el camino. Esos pequeños seres que tan graciosos nos resultan. En la isla tuvimos la oportunidad de que nos contaran como vivían los Yamanas. Se trata de la última tribu indígena de la zona, y que hasta hace un par de años aun vivía gente en este tipo de tribus. Como dato de interés contaros que no llevaban ropas (y no podéis imaginaros el frio que hace por allí). Iban desnudos cubiertos con grasa de lobo marino, que le permitían estar secos en pocos minutos al calor de una hoguera. Geniales historias las que nos contaron de cómo cazaban o como se movían por la zona. Tuvimos la suerte de ver un video (en el museo que visitamos más tarde) grabado en 1920 donde no solo podías verlos a ellos, si no como los veían los colonizadores, es decir como los veíamos nosotros, con comentarios que te conmovían al hacerte ver que no entendíamos su forma de vida tan acorde con el medio en el que habitaban. Su desaparición se vio acelerada por las enfermedades que pasaron entre otras cosas por pasar a usar ropas. Una historia increíble también.


Y bueno de ahí volamos de nuevo a Buenos Aires. La operación ha salido de muy bien, y ahora estamos esperando a la revisión para comenzar de nuevo la aventura y mientras tanto teatro, danza aérea y paseos por la ciudad hacen que los sentidos no lleguen a relajarse del todo. Que finalmente parezca que todo ha salido bien es un regalo, y es como comenzar de nuevo el viaje, habiendo superado los baches que se cruzaron por el camino.

Un fuerte abrazo a todos.

Cris y Juanlu
Massaleros Vuelta al Mundo

domingo, 22 de febrero de 2009

Impresionante Patagonia

Lo habíamos visto en fotos. Nos habían hablado de ello. Habíamos leído sobre el lugar. Y aun así nos ha dejado sin palabras. Ya que por mucho que sepas, al sentirlo con los cinco sentidos te das cuenta … es la naturaleza desnuda ante ti. Con sus vientos te toca y te hace sentir su fuerza.

Cuando nos dirigíamos al aeropuerto, ya que volábamos hasta El Calafate para poder aprovechar estos 10 días que nos decimos a bajar al sur, estábamos muy nerviosos. Como si empezáramos de nuevo el viaje. Y es que tras la dura semana de médicos en parte era así. Y cuando el avión se disponía a aterrizar, no entendíamos donde estábamos. No había nada, y cuando digo nada, es NADA, a nuestro alrededor, salvo un pequeño edifico que se supone es el aeropuerto. Una inmensa llanura sin nada de vegetación y un lago de un turquesa que no comprendíamos, nos deslumbraba. Pero de civilización nada, ni desde lo alto, ni al aterrizar. El taxi que cogimos, con un francés que conocimos en el avión, nos hizo ver que efectivamente en los 35 Kilómetros hasta el pueblo seguía sin haber nada. Pero igualmente el paisaje te hipnotizaba. Es como si la tierra estuviera desnuda ante nosotros. Y así empezó todo…



Lo primero que fuimos a ver fue el Perito Moreno. Qué locura! Un glaciar de 5 Kilómetros de ancho, 60 metros de alto y más de 30 kilómetros de largo. Decimos las dimensiones porque es realmente enorme. Y la sensación cuando estas ante el es de iguales dimensiones. Su color azul añil te hace ver que es algo único, y sus sonidos y caídas de trozos te hacen ver que está vivo, que se mueve y evoluciona de forma constante. El color se debe a un efecto óptico, y los sonidos son realmente fuertes. Podías quedarte horas delante de ir sin poderle quitar la vista de encima, esperando que te sorprenda con uno de sus movimientos.



Tras este monumento natural decidimos ir al Chalten (que en lengua aborigena significa la montaña humeante, más tarde nos enteramos el porqué), a las faldas del Fitz Roy, una rocosa y hermosísima cumbre de los Andes, junto a la frontera con Chile. Nos sentimos como en casa gracias al Hostel “El Refugio” en el que entre Jesús (que tocaba en un banda del pueblo llamada “Siete Venas” www.sietevenas.com.ar) y Natalia (embarazada de su tercer hijo) (los dueños), Santiago y Vicente (sus hijos de 8 y 2 años) vivimos como en una gran familia. Las conversaciones que tuvimos entre mate y mate no tuvieron desperdicio. Aprendimos el valor de cada una de las cosas que teníamos delante. Y compartíamos lugar con otros compañeros de viaje que allí encontramos. Adrian, de suiza, que lo conocimos en el autobús yendo para el Chalten y del que desde entonces no nos pudimos separar (nos ha dado unas buenísimas recomendaciones para Japón, ya que estuvo viviendo allí por 2 años), y Cyprian el francés que había llegado al Chalten en su bici recorriendo más de 1000 kilómetros por Chile, y Diego, el Alemán, que había llegado al Chalten para ir con el francés hasta Ushuaia, casi mil Kilómetros más en unas condiciones inhóspitas. Todos ellos viajeros, cada uno con su historia y gracias a las entrevistas que les hicimos pudimos conocer más del espíritu viajero. Es una verdadera maravilla el encontrarte con esta gente, y al pedirles que nos respondan a la pregunta de “Por qué viajas?” delate de una cámara se ilusionaban, y nosotros con ellos al escuchar sus respuestas. Creo que de aquí podremos sacar mucho.



El Chalten

Un aire fuerte y puro
invade los pulmones
de este pueblo desnudo
y lleno de corazones,
en donde,
en su día a día, seguro
percibes las cuatro estaciones,
entre Siete Venas y picos abruptos
el pequeño valle de las emociones
se esconde.
Aventureros de todo el mundo
compartiendo sus aficiones,
las horas parecen minutos
robados a las pasiones
del bosque
y la montaña que echa humo,
el Chaltén, de las naciones,
de los días en el Refugio
entre mágicas conversaciones.

Fue con ellos (el suizo, el francés y el alemán) con los que nos fuimos a hacer la caminata al Fitz Roy. Más de 8 horas de caminata de ensueño. Bosques frondosos y a la vez llenos de vegetación muerta que le daban al lugar una señal diferenciada. Grandes valles llenos de lagunas. Y los glaciares. Distinguirlos era fácil por su color azul inconfundible. Llegar hasta la semi-cima del Fitz Roy fue un verdadero reto (entre mi forma física que deja mucho que desear, pero que no para de mejorar, y que Juanlu paso unos días con fiebre y no estaba del todo recuperado). Pero la belleza del sitio a su llegada y la satisfacción personal por haber llegado hasta allí lo compensaba con creces. Jamás había experimentado sensación igual en mi vida. Estábamos en la cumbre, agotados, exhaustos y felices por tener la oportunidad de disfrutar de ese lugar. A un lado un glaciar con la laguna de nuevo de color turquesa (el agua de glaciar tiene un color siempre lechoso por los sedimentos que acompaña), el aire puro y fresco de las montañas. Impresionante. Pero ese Fitz Roy tímido no se llegaba a mostrar del todo. Siempre hay nubes a su alrededor que lo cobijan, y por tanto no pudimos llegar a ver su pico. Nos conto Jesús, el del Hostel, que los aborígenes llegaron a pesar que se trataba de un volcán, y de ahí viene le nombre del pueblo: Chalten (montaña humeante). A la noche, y para celebrar nuestra hazaña, una cena acompaña de vino fue la recompensa para todos.







Y así de simples eran los días y las horas compartidas entre charla y charla con todos los que nos acompañaban.
Un regalo estos días han sido para nosotros, y con ganas nos dirigimos a Ushuaia, al fin del mundo. EL trayecto es largo y se avecina inmenso, pero eso como siempre es otra historia.

Un besazo enorme de estos aventureros que os sienten en vuestros comentarios y se emocionan con vuestras palabras.

Cris y Juanlu
Massaleros vuelta al Mundo

sábado, 14 de febrero de 2009

Buenos Aires …buena gente

Y bueno…la llegada a Buenos Aires (Bs As) se vio truncada por la noticia de que uno de los componentes del equipo debía ser intervenido. Y aunque ello no nos rayo en un principio, la verdad es que tenemos que reconocer que tuvimos momentos malos. El lunes y el martes de esta semana fueron nefastos. El hecho en si no es grave, si de importancia, como para que aunque nos ocurriera en España nos preocuparíamos igualmente. Pero además tener que ponerte a buscar medico de confianza aquí, no era algo para lo que nos habíamos preparado. El seguro privado que hemos contratado no nos cubría, por tratarse de una patología anterior al viaje, y nuestro consulado nos decía: Lo sentimos mucho pero no os podemos dar referencia alguna. Pero lo curioso de todo esto es que no estábamos solos en la situación. Por supuesto contábamos con el apoyo de todos los nuestros desde miles de Kilómetros de distancia, a los cuales les damos las gracias por el apoyo y la escucha. Pero fue desde el mismo BsAs de donde nos vino la sorpresa….



Nos quedábamos a dormir en casa de Paula, una amiga de Jaime (la conoció en Brasil el año pasado cuando estuvo allí) y Julián (su novio), dos seres increíbles. Y como os contamos anteriormente conocimos a muchos argentinos en Brasil, la gran mayoría de capital (como dicen ellos), ya que son lo que mayoritariamente se pueden permitir salir del país de vacaciones. No tengo palabras para describir como se portaron con nosotros todas y cada una de estas personas. Comprensión, cariño, apoyo…todo lo que necesitamos, incluso a veces más, nos fue entregado por nada a cambio. Médicos de referencia, llamadas para gestionar citas por adelantado, contactos en la embajada española, en el Hospital, y no sé que mas. Todo aquello que necesitábamos nos era puesto por delante como si de magia se tratara. Era como si un ángel de la guarda nos acompañara constantemente. Tengo que reconocer que pese a ello vivimos situaciones de tensión. Teníamos que tomar decisiones, ya que hasta nos cuestionábamos el volver a España.

Y bueno al cosa quedo en que se ha tenido que hacer una prueba adicional, y mientras el resultado llega nos hemos pegado una escapada al sur, para luego volver a BsAs y ver que se termina haciendo. Pero en todo este tiempo que estuvimos en BsAs no paramos tampoco de hacer sosas, ya que nuestros anfitriones tampoco nos dejaron un minuto libre. Que si asado argentino, Isla del Tigre, La Bomba del Tiempo, Paseo por Palermo, Tango en San Telmo, clases de tango en la Viruta, camita por BOCA, y mucho mucho MATE (por fin hemos aprendido a hacer un buen mate)…..(y que decir de sus dulces p como llaman ellos las facturas, son de escandalo) Total que aun nos dejamos mucho más que disfrutar de la maravillosa e intensa ciudad de BsAs,, ya que aun pasaremos por lo menos 1 semana más allí. Y que nos pareció esta ciudad? pues muy viva culturalmente hablando (hay cientos de teatros y actuaciones, artistas callejeros, artesanos, etc.), moderna y destartalada al mismo tiempo. Enorme, y con mucho que ofrecer. Y lo mejor su gente.





Jochi, un chico que conocimos en Ilha Grande, y su familia (Sol, Arman, Richar, Julia...y ese SANTI!!!) nos acogieron como de la familia, y nos hicieron disfrutar de un verdadero asado argentino entre amigos y buen vino. Luego nos llevaron a Isla del Tigre, en el delta del enorme rio Paraná, que hace de frontera con Uruguay y que puede llegar a medir 100Km de ancho (el delta), un pasote. Un paraíso, aunque mucho mosquito. El baile de las caraiocas en esta familia va en la sangre (padre, madre e Hija bailando como si llevaran años practicando, increíble).


La bomba del Tiempo, que se celebra en el centro Cultural de KONEX, se trata de una espectáculo de timbales inaudito (mirar el video). Paula nos consigue entradas gratis y disfrutamos como enanos. Nos podemos crear la cantidad de gente que había. Además fusionaron los timbales con teclado y trompeta. Una ambientazo y nosotros ambientados.


La bomba del tiempo

Un tiempo atrás la bomba
lo creó todo,
el universo,
las constelaciones, los planetas,
y el tiempo se detuvo
por un segundo.
A partir de ese momento,
encontró
la vida continua y cotidiana,
y ya nunca
disfrutó,
tranquilamente,
de la oportunidad
de detenerse
a pensar
el porqué de sus prisas.
Arte, Música, Baile…
Improvisación,
se unen al viaje
y dan algo de sentido
a todo aquello
que carece de explicación.

Escuchar suavemente su tonada mientras continuas caminando, preguntándote si será a no. El palpitar es cada vez más fuerte, y notas el bullicio de la gente aun sin haber llegado. Se trata de unos bailarines de tango callejeros que pretenden embriagarnos con su danzar. Y lo consiguen, no hay lugar a la duda. Y de qué forma. Como hipnotizados no puedes para de mirarlos, y de sentir la melancolía y la pasión de sus letras y sus gestos. Realmente nos encanto. Milongas, taguerías y tabernas son el deleite de todo aquel que sienta la pasión. No se trata de lugares turísticos, si no de que aquel lugar donde se concentra el amante del Tango. No busqueis que sea bonito, ni que tenga de comer o beber. Tan solo que la gente sienta el tango como parte de su piel. Y en uno de esos lugares, en la Viruta, nos apuntamos a una clase de Tango.


Y qué decir de las librerías de BsAs…no se qué decir. Creo que es el lugar del mundo donde hay más librerías por habitante. Viniendo de una argentino quizás haya que pensar que se trata de una fanfarronada, pero la verdad que son innumerables las librerías del lugar. En ellas encuentras libros de todo tipo. Estuvimos en la más antigua de BsAs, acompañados por Facu, el hijo de dueño que nos llevo por ella y nos deleito con anécdotas del lugar. Comimos en una tabernita, de la que tenéis una foto, con el padre de Facu, y dueño de la librería, con los que disfrutamos de uno de los mejores momentos en la ciudad, charlando sobre la vida, política, Argentina y mucho más. Gracias por compartir ese momento con nosotros.




El paseo por el barrio de BOCA, no sin antes hacer paradita en un parque para disfrutar de un mate bien acompañados, nos encanto, aunque resultara ser algo turístico. Los colores hacen del lugar algo único.




Y bueno pues la verdad es que solo podemos dar las gracias por estar viviendo esta experiencia tan intensa y real. Estamos felices, fuertes y con ganas de continuar. Y ahora desde el avión que nos lleva al Calafate, Perito Moreno, os mandamos un beso muy fuerte a todos.

Cris y Jualu
Massaleros – Vuelta al Mundo

miércoles, 11 de febrero de 2009

Iguazu…de Brasil a Argentina

Llegar a Foz de Iguazu (Brasil), nos suponía ver tanto las maravillosas cataratas como nuestro primer paso de frontera, a Argentina. Esa ansiada por Argentina, esa romántica e inmensa Argentina. Pero antes de cruzar, queríamos ver la parte Brasileña de las cataratas. Con las maletas cargadas, y reventados del viaje, fuimos para el Parque Natural (las maletas las dejamos en la consigna del Parque).



Nos encanto el paso por la catarata, aunque la maravilla no la vimos en el lado Brasileño. Y tras una larga caminata, y destrozados como estábamos, tomamos el Omnibus (Autobus en Brasill) que nos dejaba en mitad de la nada, teniendo que cruzar la carreta y esperar un supuesto autobús que nos llevaría a la frontera. Nos pareció algo subrealista de no ser porque nos acompañaba un americano que estaba aun más sorprendido que nosotros. Efectivamente el colectivo (Autobus en Argentina) llego. Y nos llevo hasta la frontera. Menos mal que le dijimos al conductor que queríamos sellar la salida en Brasil, porque si no sigue y ni nos enteramos (Blanca nos aviso de ello y estuvimos atentos, jeje!!).

Bajas del primer Omnibus, sellas salida del país y a esperar de nuevo otro colectivo, y todo esto con las maletas a cuesta. Llega por fin, y nos cruza el rio Iguazu y con ello pasamos a Argentina. De nuevo parada en la frontera para sellar la entrada en el país. Baja maletas, sella, pasa por el escaner…todo un quilombo (como dirían acá). Y con todo ello aterrizas en Puerto Iguazu, en el lado argentino. Una extraña sensación se apodera de nosotros, estamos emocionados por llegar a este país. Buscamos Hostel, y nos quedamos en uno que nos sorprendió la cantidad de Israelitas que había. Una de las noches nos encontramos con una situación muy buena, estábamos jugando al Tute, con una bajara española, una sueca, un inglés, un alemán, un israelita y dos españoles (la sueca y el inglés habían comprado la baraja y no sabían ningún juego con ese tipo de cartas, así que le enseñamos el cinquillo y el tute). Gano el israelita.


Las cataratas, naturaleza en plena ebullición. Maravilla indescriptible. No sabes cómo nos acordamos de ti Blanquita...sentir el agua que te cae, los arcoiris por todos los rincones, y esas cientos de mariposas que te encontrabas por todos lados. Se me poso una en la mano y tranquilamente me tactaba con su larga lengua, como no le guste volvió a volar. Nos dejo boquiabiertos el lado Argentino de las cataratas. Esos paseos por la selva para asomarte y sentir su fuerza, oír su grito.


Cataratas de Iguazú


Entre Foz, en Brasil,
y el Puerto, en Argentina,
se escucha, se sienten latir
a una de las siete maravillas.

Obra maestra de la naturaleza
salvaje, como tierra recién nacida
grita libre a las creada fronteras:
“soy fuente de magia y de vida”.

Millones de años atrás, una falla
abrió en la selva esta herida
a todo aquel que aquí se halla
le deja la boca enmudecida.

Mezcla de sensaciones entrelazadas,
no existen palabras que lo describan,
siete colores a cada golpe de agua
vuelven locas a las gotas perdidas.


Al Argentino lo reconocíamos en Brasil, porque siempre llevaba mate. Nos encanto compartir el mate con ellos. Ese carácter social de la costumbre, no solo Argentina, de tomar mate, nos estaba empezando a enganchar. La zona en la que nos encontramos resultaba ser el padre del mate en Argentina, y es por ello que decidimos comprarnos el nuestro propio, no sin antes preguntar a los lugareños sobre cómo elegir tu mate (ya que era para usarlo y no como suvenir), así como la hierba. Por supuesto esto es cuestión de gustos, y cada unos tenía su propia teoría. Pero la experiencia fue realmente genuina.


Con nuestro mate comprado ya estábamos dispuestos a dirigirnos a Buenos Aires. Fue en el colectivo de 17 horas donde lo probamos por primera vez, y donde nos dimos cuenta de que teníamos mucho más que aprender sobre el…nos supo asqueroso…no podíamos tomarlo. Menos mal que el taxtista que nos llevo a casa de Paula, nada más llegar, nos enseño. Pero esto vuelve a ser otra historia.

Y a modo de conclusión, ya que esto se está convirtiendo en costumbre, comentaros una cosa. Este viaje esta siendo un sueño para nosotros como sabéis. Y con estas palabras tratamos de transmitiros nuestros sentimientos. Se que todos decís que es envidiable. Pero quiero que todos sepáis que igualmente es muy duro. Hace poco nos dieron una mala noticia desde España, y es posible que tenga (soy Cris) una pequeña intervención en Buenos Aires. La vida continua aunque estemos realizando nuestro sueño. Y me ha costado mucho escribir estas palabras, porque llevamos unos días sumergidos en la aborágine de los médicos. Le dije a Juanlu cuando empecé esta mañana, que parecía que el espíritu viajero me había abandonado, pero NO. Gracias a escribir estas palabras he vuelto a conectar con él. Y por ello os doy las gracias. No tendría sentido escribir esto si no supiera que lo estáis leyendo.


Gracias por vuestro apoyo.

Un besazo.

Cris y Juanlu
Massaleros Vuelta al Mundo

martes, 3 de febrero de 2009

De Curitiva a Ilha Do Mel


Hay una palabra brasileira que nos ha gustado en especial. Tanto por su sonido cuando es pronunciada, como por su significado. BELEÇA!!! Cuando te encuentras con alguien dices “Beleça?” como preguntando “Todo Bien?” y la respuesta es “Beleça!!” si es que todo está bien. Beleça, ese ha sido el resumen de nuestra estancia en Brasil, así es su gente, así sus playas y sus parajes naturales. De locura. Pero no todo podía ser increíble, ya comenzaron los largos trayectos, y con ellos los largos infiernos de viajar 12 o 15 horas en autobús. También comenzaron las landry´s (lavanderías), ya que todo huele a húmedo por la lluvia que no para de caer desde hace dos semanas (toda la mochila mojada, y los olores son insoportables).




Llegamos a Curitiva y nos vino de maravilla. Allí encontramos un hogar en la casa de Leo, compañero de Renault de Juanlu, y Laure, su novia francesa que se ha ido a Brasil por amor. Nos vino estupendo esos días en los que poder reorganizar todas nuestras cosas, y descansar de ese ansia que tenemos por disfrutar con cada poro de nuestras pieles constantemente. Gracias Leo y Laure por todo lo compartido con nosotros, ya sabéis donde tenéis casa!!
Curitiva nos sorprendió con otra cara de Brasil que hasta ahora no habíamos visto. Ciudad moderna, ordenada, limpia. Su Jardín Botánico (abajo lo veis en la foto) una belleza, sus museos, su movimiento cultural. Y qué decir de su ambiente nocturno…muy bueno.


Hicimos una ruta en tren hasta la costa atravesando la Sierra Verde (imaginar por que la llaman así) que es de locura. Los puentes por los que pasa el tren te quitan el aliento. Y todo en mitad de la selva…como os decía aquí todo es selva. Al final del camino comimos de muerte un guiso llamado Barreado, típico de la zona.

Lo bueno vino el fin de semana cuando nos fuimos con Leo y Laure a Ilha do Mel (Isla de Miel), en la Bahía de Paranaguá, UFFFFF!!!! Sin palabras. La isla esta protegida y no hay coches. En esta ocasión nos quedamos en una Pousada en primera línea de playa, con hamacas, un verdadero paraíso con naturaleza a raudales. Fuimos en paseo en barca a ver delfines, no sabes cómo nos acordamos de ti Almu, desde aquí te mandamos un besazo enorme.


Desde Curitiva a Paranaguá
un paseo en Sierre Verde tren
te lleva por la selva hasta el mar.

Un barco de pescadores a Ilha do Mel
te trasporta a un mundo natural
donde olvidar fácilmente el estrés.

A un lado un plato caliente de sal
al otro, la playa que siempre soñaste ver
que te inunda de vida y de paz.

Embadurnados con arena, evadiendo nuestro ser
sintiendo al sol como queriéndose escapar
de las caricias furtivas de este edén.


Y ya acabo nuestro tiempo por Brasil. De Isla do Mel, nos dirigimos en el peor de los autobuses a Foz de Iguazú donde cruzaremos a Argentina. No sin antes disfrutar de uno de las maravillas de la naturaleza “Las cataratas de Iguazú”, pero de nuevo eso es otra historia.

Como reflexión final comentaros tan solo que es cierto, y tan cierto como lo estamos sintiendo, que esto es una experiencia única. Que estamos viviendo cosas que ní habíamos imaginado en nuestros mejores sueños, y eso es, por mucho que veamos y visitemos, la gente con la que nos encontramos. El espíritu viajero nos inunda, y ya nos sentimos parte de él.

Un besazo a todos muy fuerte.

Cris y Juanlu
Massaleros - Vuelta al Mundo