domingo, 14 de junio de 2009

De Occidente al más puro Oriente

Nos queda muy poco tiempo en Australia y como todos nos decís seguro que hay mucho más de este inmenso país que no hemos llegado a palpar, pero el presupuesto nos aprieta y decidimos que nuestro tiempo en este lugar se terminó, así que será en otra ocasión en la que contactemos con el espíritu de este tierra y de estas gentes. Quizás no sea este el momento, o quizás simplemente no supimos como enfrentarla. De igual forma nos quedamos con los bueno, con las maravillas vistas y vividas, que no han sido pocas.

Para despedirnos pasamos unos grandiosos días en Cairns. De nuevo este lugar nos sorprendió estando en la costa pero sin playas, y sustituyendo éstas por un lago artificial con arena de verdad. Pero de este tema ya hemos hablado antes. La ciudad es como un Benidorm o Torremolinos en Australia, pero frente a sus costas se encuentra la gran y maravillosa barrera de coral. Visitamos algunas de las playas de alrededores (Trinitiy Beach entre otras) que nos devolvieron un poquito de la paz que necesitábamos.

Trinity Beach. Cairns.

Contemplo el cielo grafiteado
tumbado sobre una enorme roca
que penetra en un mar calmado
por la gran barrera de coral.
Extiendo mis brazos,
mis piernas la piedra tocan,
un aire fresco y amargo
invita a mis sueños volar.
Mis ojos se cierran, las nubes atrapo,
abandono mi cuerpo, mi persona,
a un mundo espiritual me traslado,
mi mente logra al fin despertar.


Para despedirnos de Australia volvimos al arrecife, en este caso a Green Island. Como describir esta maravilla, nos quedamos sin palabras. Una pequeña isla rodeado de aguas turquesas, arena blanca y arrecifes. En el centro palmeras y todo tipo de plantas, como una pequeña selva en medio de tan espléndido lugar, en el que podías ver incluso cocodrilos (no porque habitaran allí, si no porque allí los tenías para que pagaras por verlos, aquí te lo preparaban todo, pero no vamos a enturbiar el momento). De nuevo el paraíso.



El barco que hasta allí nos llevó era un velero en el podíamos hacer inmersiones. Así que nos decidimos a tirar la casa por la ventana, y Juanlu hizo su bautismo con una inmersión en el arrecife de coral más grande del mundo. Y yo lo acompañé. Alucinante la sensación de poder contemplar tanta vida marina, y tanto colorido. Cuando estás ahí abajo, tienes la sensación de estar volando y la paz te inunda, ya que tan sólo oyes el sonido de tu propia respiración, y ésta es pausada. Tus lentos movimientos están en sincronía con los movimientos de ese mundo al que te asomas para formar parte de él durante no más de 30 min. Cuando, a través luz, observas los cientos de peces a tu alrededor, dibujándose el perfil de un coral, y ves los rayos de luz queriendo entrar en el agua descubres la belleza de lo que estás viviendo. No teníamos cámara acuática, por lo que nos resulta imposible ilustraros estos momentos más allá de nuestras palabras. Pero creo que lo mejor es que os aventuréis a vivir esta única experiencia.




En una segunda inmersión pudimos nadar entre tiburones, y es que los atraía el capitán con los restos del pollo de la comida. También pudimos ver como un pez enorme se zampaba a un gran calamar entre nubes de tinta. Pudimos sentir el sedoso tacto de algunas de las algas, coger estrellas, ver caballitos y peces de todo un sinfín de colores. Extasiados salimos del agua. Y para mayor deleite, a la vuelta a Cairns, saltó un fuerte viento que nos llevó con todas la velas izadas, escorados a más no poder, disfrutando de una maravillosa travesía por el Pacífico. No pudieron ser mejores nuestras últimas horas en este mundo de OZ.



Como guinda del pastel nos volvimos a encontrar con Roxana, una asturiana de Pola de Siero con un espíritu inmenso y unas ganas de vivir que nos dejan con la boca abierta. Ole con esos Asturianos por el mundo.



Partimos rumbo a nuestro siguiente destino con una baja. Y es que se ha extraviado el pañuelo massalero (amarillo) que Almu me regaló. Aún no estamos recuperados de esta pérdida, pero lo más importante sigue estando perfecto, que somos nosotros.

La llegada a Tokio nos ilusionaba. Estábamos nerviosos, como si empezáramos de nuevo el viaje. Y es que nos trasladamos a otro mundo, de nuevo. Completamente diferente al anterior, y al anterior. La mezcla entre lo tradicional y lo moderno. Entre el minimalismo y la extravagancia. Entre oriente y occidente. Es tanto que no sé ni por dónde empezar. Hay tanto que sorprende y tanto que desconcierta, tanto que te hace reír, y tanto que te deja con la boca abierta... Y es que somos desde luego tan diferentes, pero indudablemente tan humanos y tan iguales.


Llegada a Japón


Mágica cultura nipona
apenas un pie en la isla
y una corriente embriagadora
las sensaciones cautiva,
los miedos abandonan
a la suerte primeriza
de quien busca entre las sombras.
Se graban en la retina
los carteles que zozobran,
y las amables sonrisas
y los gestos y sus personas.



La ciudad es limpísima, pero no hay papeleras por ningún lado. Y como se consigue, pues la gente no consume nada por las calles, ni un cigarro, ya que no está permitido fumar mientras andas. Para ello hay policías que vigilan que cumplas esta norma y que sólo fumes en los lugares habilitados para ello en las calles. Pero si está permitido fumar en los bares y en lugares públicos como las salas de máquinas recreativas o en los centros comerciales. Es una ciudad super-silenciosa, y es que apenas hay coches. Todo el mundo se traslada en bicicleta o en metro. Las bicis no tienen candado, el concepto de propiedad privada está tan asentado que no es necesario, sabes que nadie la va a robar.



Todo está escrito en japonés, evidentemente, no te enteras de nada. Pese a ello no tienes problemas para ubicarte, o para orientarte, ya que hay mapas indicativos por cualquier sitio de la ciudad. Hay baños públicos, y también fuentes por doquier. Y los baños son una verdadera paranoia. Tienen montón de botones para chorritos de agua, enfocados a diferentes lugares, según lo que quieras limpiar, e incluso algunos llegan a tener hasta música de agua. Sobre esto de la música hemos intentado buscar la razón y entendemos que es para ayudarte a hacer tus necesidades en caso de que lo necesites, o para evitar que otros oigan los sonidos que haces en estos momentos tan íntimos. A saber cuál es la verdadera razón, pero la verdad es que puedes subir o bajar el volumen a tu gusto.




Nos resultó muy gracioso el primer momento en el que al salir del aeropuerto cogimos el primer metro. Parecía que nunca habíamos cogido uno, pero este sistema es totalmente diferente, y además los símbolos usados no sirven de gran ayuda porque no entiendes nada. Y claro, preguntas a la primera persona que tienes al lado, se te pode a hablar pero no entiendes nada tampoco. Empiezas a hacer un gesto con la cabeza como asintiendo para que deje de hablar pero nada, siguen hablado. La verdad es que son super amables. Intentan por todos los medios hacerse entender, y lo único posible en estas ocasiones son los gestos, y las sonrisas que tan amigables y tiernos les hacen. Y es que aquí muy poca gente te sabe hablar inglés.


En el metro te encuentras que, o están mirando y haciendo no sabemos que con el móvil, o van dormidos (se duermen en cualquier lado). Y es que lo de los japoneses con el móvil es una verdadera adicción, casi todos llevan los móviles iguales, cuadrados con tapa. Sean hombres o mujeres, y dando igual la edad llevan, en estos aparatos, colgantes de todo
tipo.


Las calles, fuera del centro, en la zona menos comercial, están llenas de macetas con flores preciosas. Y en el centro los carteles luminosos inundan los edificios. Hay pantallas gigantes por multitud de lugares e hilo musical por algunas de las calles. La limpieza la llevan a las casas y es que para entrar en ellas, en nuestro caso en el hostel, te tienes que quitar los zapatos, y todo reluce como si fuera nuevo. Nos dieron para dormir unas cabinas, ya que esto es muy habitual por aquí. Consiste en una especie de caja de zapatos en la que duermes, una locura. Fue allí, en el Hostel, no en la cabina, donde conocimos a Rodrigo un madrileño que como nosotros está dando la vuelta al mundo y que se convirtió en nuestro compañero durante unos días por la ciud
ad.



Ese primer día lo aprovechamos para descansar tras el jetlag que nos dejó destrozados pero por la noche quisimos pasear por los alrededores del Hostel, en Asakusa, y descubrir que estábamos en un barrio muy tradicional, con la típica estampa de lo que hasta este momento nos imaginábamos que era Japón. Cenamos en un barecito en la calle, rodeados de farolillos. Para pedir lo que queríamos, señalábamos los platos de otras mesas sin saber muy bien de lo que se trataba, pero todo resultaba estar delicioso, y nuestra técnica con los palillos no estaba nada mal.



En nuestro segundo día empezamos bien temprano, a eso de las 5 de la mañana, visitando el mercado de pescado, o Lonja. Alucinante. Hay de todo tipo de peces, moluscos y algas de los que no sabríamos decir el nombre. El que si reconocimos nada más verlo fue al atún. Hay un loco movimiento en aquel lugar con carretillas mecánicas que no parar de ir y venir, y en el momento de las subastas los hombres gritan, cantan e incluso me atrevería a decir que bailan. Estábamos extasiados viendo la vida del luga
r.





Al terminar no quisimos perdernos la oportunidad de comer algo de Shushi de desayuno. Estaba exquisito. El restaurante consistía en una barra donde te sentabas y tenías al cocinero que te preparaba la comida delante de ti, y tú te disponías a tomarla. Aquí nada más te sientas en cualquier lugar te traen una toallita húmeda y un vaso de té (frio o caliente). Menos mal que en este caso la carta tenía fotos y podíamos pedir tranquilamente lo que queríamos. La gran mayoría de los restaurantes de aquí lo que tienen son fotos o una exposición de sus platos en el escaparate, así que resulta algo más fácil saber qué es lo que quieres, por lo bonito que sea, y no por que sepas lo que te estás comiendo.


Después nos dimos una vuelta por el centro, visitando el edificio Sony, el futuro delante de nuestras narices, el palacio imperial (por fuera y desde lejos, ya que no te puedes acercar) y un sinfín de jardines a los que, por lo que pudimos ver, son muy aficionados. De aquí nos dispusimos a comer en el barrio de Shinjuku, en el que nos adentramos en una zona tradicional con bares muy peculiares en el mismo formato que en el que desayunamos.





Entramos en uno en el que nos pedimos algo de beber (que nos terminó saliendo carísimo por una tasa que nos cobraron sólo por sentarnos) en el que un señor mayor y otras dos personas más, estaban emocionados por tenernos allí y no paraban de intentar relacionarse con nosotros como podían, ya que sólo uno de ellos chapurreaba algo de inglés. De nuevo las señas fueron las protagonistas, y Juanlu, que ya está aprendiendo el idioma, se comunica con las pocas palabras que hasta ahora lleva aprendidas.



Pasamos a la parte más emocionante y es cuando llegamos a Shibuya. Es conocido por el cruce de personas mas concurrido del mundo. Se calcula que 750.000 personas lo atraviesan al día, y no es para menos. En el momento en el que la luz verde da paso al peatón, una marabunta de gente de los cuatro puntos del cruce se avalancha sobre el mismo, haciendo de ello algo mágico. El parpadeo hace que los rezagados corran, y unos segundos de desierto, en el lugar que antes había estado atestado de personas, dan paso de nuevo a los coches. Te puedes quedar horas allí observando, simplemente observando. Y es que a esto, le tienes que sumar el hecho de que aquí es donde se concentra la zona de tiendas, bares y restaurantes fashion de la ciudad. Y por tanto, la gente que anda por aquí es de lo más fashion y extravagante que nos podamos imaginar. Como locos no parábamos de hacer fotos a la gente, que en muchas ocasiones te ponían los dedos en V, y lejos de mirarte mal, se sorprendían y te agradecían que se la hicieras. Todos los sentidos estaban extasiados.
Como nos hemos acordado de vosotras chicas y de vosotros chicos. Las mujeres no os lo podéis ni imaginar. Unos estilismos, unos taconazos, unos pelos, unos maquillajes, unas vestimentas. En ocasiones parecen disfraces, y nosotros con nuestras pintas. Total, que allí pasamos horas y horas con la boca abierta. Esto sí que es Japón.



De aquí nos fuimos para el barrio de Akihabara famoso por ser la zona donde se concentran las grandes tiendas tecnológicas, con todo lo que quieras comprar, y edificios enteros llenos de video juegos. La verdad es que si hay algo en este país son friquis. De todo lo que te imaginas hay un centro comercial a gran escala, y los friquis se unen en él como loco
s.



No pudimos quedar más alucinados por todo lo vivido y lo sentido en tan pocas horas. Esto sí que es otro mundo. Otro maravilloso mundo del que queremos seguir contándoos cosas, pero eso será parte de otra historia chicos.

Un fuerte abrazo.

Massaleros vuelta al mundo.
Cris y Juanlu

10 comentarios:

  1. Niños!!! Saludos de Jaime, Desi , Ila, Gianlu, Jandrín, Mar...asturianos por un fin de semana!! Besuuuuuu,
    Asturianía!

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  2. Hola mis Massaleros, maravillosa despedida la de Australia y apasionante entrada en el mundo Oriental, que pasote de pais nos habéis hecho una sublime presentación, no cabe duda que ahí vais a estar mucho mejor que en el habéis dejado atrás, o por lo menos es esa es la sensación que dejáis.
    He leído la página tres veces y cada vez me gusta más, os veo fenomenal llenos de alegría y amor.
    Las fotos preciosas y la poesía ni decir palabras, cada vez mejor, como tus narraciones, Cris.
    Me alegra saber que mi "idioma", el universal, el que domino cuando salgo al extrangero, el dedo, es el que también estáis utilizando, la verdad siempre nos saca de apuros.
    Bueno queridos, cuidaros mucho y seguid amándoos.
    Os quiero.

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  3. Mucho fué lo vivido, sentido y contado, como siempre con nota alta.
    La foto en la playa (massaleros etc. etc)chapó, hay que estar muy en forma para aguantar el tipo, esa ¡Cristi, eh..eh..eh!
    Y que sepaís que en esta última inmersión, no hizo falta la cámara,la narrativa fué tan esplendorosa que hemos estado media hora debajo del agua y sólo pasaron unos segundos, fué mucho lo de Juan, en su comunión con el buceo, no le han faltado los tiburones,demonios de capitán, era amigo o enemigo!!!!hubo cage?al menos sensación de inquietud....muy bueno. GUAAAUUU.
    y a salto de mata nos encontramos en el imperio del sol naciente, cuanto y que de ello os puede sorprender,ojalá el presupuesto no se salga de madre, y podaís quedar unos cuantos días,para vosotros aprender y nosotros disfrutar.
    Fashión, mucho fashión, pero na, que ver con los massaleros que están debajo (del arco de triunfo japonés) con un estilo propio,personal e imaginativo, mucho dan de si esas mochilas.

    "Te deseo que siendo joven no madures demasiado deprisa, y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer, y que siendo viejo no te dediques al desespero. Porque cada edad tiene su placer."
    Una inclinación suave, con la mejor de mis sonrisas, ¿o ya existen los besos?

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  4. Estamos encantados con todo lo que estais vivendo, las fotos, los comentarios, las poesias y no es por ser repetitiva pero cada vez estan mejor. Parece que es imposible mejorarlo y vais vosotros y lo haceis. JR esta encantado con el buceo, él que tiene tantas ganas, ahora tiene muchas más. Es que lo describes tan bien Cris que parece que tocamos hasta los peces.
    Bueno y que decir de Japón es como empezar la comida por el postre, me encanta es una ciudad maravillosa y con gente que respeta a los demás que mas pedir hoy en día.
    Os deseamos que aumenteis mas si cabe vuestra experiencia con la parte humana sobretodo y que os queremos mucho y como siempre apegados al ordenador esperando vuestra nueva actualización ¡¡¡esto engancha.

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  5. No me puedo creer que hayais encontrado alguien de la Pola!!! Recuerdos de otro polesu expatriado aunque mucho mas cerquita. Que sepais que es un placer seguiros por todo el mundo!!!
    Por aqui ya senos han casado la meri y cris y que sepais que se os ha echado de menos. Un brindis por los massaleros!! Sergio

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  6. Hola Cris, Soy Ruth , la cantabra que conociste en Honduras .Que genial que compartas todo este pedazo de viaje en este blog!!Lo acabo de descubrir pero ya estoy enganchada, leere todo lo anterior y esperare a las nuevas noticias.
    Mucha felicidad, mucho animo en este gran viaje para los 2. BSS

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  7. Es magicoooooo, lo de Japon me da tanta gana, creo que sois los mejores guias para viajar y encontrar los planes mas chulos de un sitio ;-)

    Cris, me gusto mucho las fotos de la playa y sus mensajes !!! Que idea mas buena ! Alegria !!!

    Cimpleanos feliz Juanlu

    Un abrazo muy fuerte a los dos <3 <3 <3

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  8. Muy buena salida de Australia y muy muy buena
    entrada en Japon.
    JUANPIS muchas felicidades en el dia de
    tu cumpleaños te desea tu familia Massalera
    de Mieres.
    Muuuuuchos beeesinos para los dos.Tia bea and family

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  9. Espero que cuando acabes la aventura no te hayas cansado de viajar y vengas por Pucela de visita!!! Muchas felicidades por tu cumple abueluco!!!!!
    Un abrazo muy muy fuerte! Marco

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  10. Hola grandisimos massaleros,soy ruben, y felicidades por haber cumplido la edad de cristo juanlu. Espero que esteis disfrutando y os comais un sushi a mi salud, que me encanta.
    Os quiero mucho.
    Ahora estoy en mexico, y aqui me voy a quedar bastante tiempo. Que os vaya muy bien.
    un beso.

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