domingo, 25 de octubre de 2009

Espíritus que se crecen en la lucha por el cambio

Hay muchas cosas que durante la estancia en Myanmar no hemos querido comentar por precaución, y creo que va siendo hora de comenzar. Para situarnos, Myanmar es un país que se encuentra bajo una dictadura militar desde que consiguió su independencia de la colonizadora Inglaterra en los años cuarenta. Desde entonces ha habido varios intentos de democratización, pero finalmente los militares nunca han soltado las riendas del poder, debido a que su partido nunca ha sido el ganador de dichas elecciones (incluso con las numerosas manipulaciones que ha habido). En primer lugar mataron a su adversario y dirigente del partido político que acababa de ganar las elecciones. Y años después, la hija del asesinado, Aung San Suu Kyi, volvió a ganar las elecciones siendo sentenciada a un arresto domiciliario que aún hoy en día sigue vigente (de los últimos 19 años ha pasado 13 bajo arresto domiciliario), pese a haber sido proclamada premio Nobel de la Paz en el año 19911. Mientras tanto los presos políticos se cuentan por miles en las desoladoras cárceles del país. Presos cuyas infracciones pueden ir desde haber hablado con un turista sobre temas políticos, a estar en posesión de un panfleto reivindicativo de una democratización del país (es por ello que valoramos tanto la valentía de los Moustang Brothers). Ante esta situación el año próximo, 2010, hay convocadas unas nuevas elecciones. Pero, ¿y cómo es posible si no hay libertad de expresión?

Se trata de uno de los países más ricos en recursos de toda Asia. Posee los más importantes yacimientos de oro y piedras preciosas como rubíes, topacios o el valioso diamante. Pero curiosamente no te ves los mercados de estas valiosas piedras dentro del país, sino fuera de sus fronteras, en concreto aquí en Tailandia, en Mae Sot, hay enormes tiendas que ofrecen tan suculenta mercancía. No contentos con ello tienen importantes yacimientos de gas y la mayor reserva petrolífera de Asia, donde está, entre otras, la empresa francesa Total, pese a que este país haga bloqueo a Myanmar, tiene gran parte del monopolio. Son uno de los mayores productores de madera de teka, mediante la deforestación de gran parte de la zona norte, manipulado por empresas chinas.

Otro tema interesante es el bloqueo de internet que el gobierno hace, de tal forma que no hay acceso a hotmail, google,… y no es posible tener un blog. Solo en aquellos ciber´s que crakean el sistema del gobierno es posible hacer algo. Y la razón no es más que porque desean bloquear la salida de información del país. De hecho para obtener la visa, ésta es imposible si dices que eres periodista, escritor o fotógrafo, y mucho menos si trabajas en organismos internacionales de cooperación. Y enlazamos con otra cosa, que no está permitida la entrada de capital proveniente de ayuda internacional. No hay cajeros automáticos porque fueron expulsados todos los bancos internacionales. Podríamos soltar muchísimos datos de este tipo que hemos ido recopilando, y que os pondrían a todos los pelos de punta.

Pero hay un dato de suma importancia que enlazará con la realidad que nos hemos encontrado en Mae Sot. Se trata de la etnia de los Karen, que se ubica cerca de la frontera con Tailandia (zona por supuesto prohibida para la entrada de turistas) y que durante muchísimos años le han plantado cara al opresor. Y aún hoy en día lo siguen haciendo. Muchos de ellos ante la imposibilidad de vivir en la zona, por los continuos ataques, deciden partir como emigrantes, o quizás como refugiados. Pero otros muchos se niegan a renunciar a su cultura, su lengua y sus montañas, y resisten dentro.

El mayor valor que tiene este país son sus gentes, o al menos eso es lo que nosotros pensamos y sentimos. Aún así antes de cualquiera se plantee visitar este país debe preguntarse cómo hacerlo de una forma responsable, ya que hay muchas cosas que debemos saber. Y es que gran parte de las infraestructuras que sustentan el turismo están manipuladas por el gobierno, tales como hoteles y compañías de transportes. Y ello quiere decir que gasto que hagas en las compañías será entrada de dólares para esta opresora dictadura, y en definitiva una forma de apoyo hacia la misma. También hay que tener en cuenta que la existencia de carreteras y aeropuertos en el país se deben al trabajo de miles de personas en condiciones de trabajos forzados y muy precarios. Con ello no queremos desalentar a nadie a conocer este maravilloso lugar, y a sus maravillosas gentes, si no que si se hace, debe hacerse con cabeza, yendo en transportes locales y evitando las compañías que pertenezcan al gobierno, para sustentar la economía de las pocas empresas birmanas que aún perviven ante tan desoladora situación. Por último, ir a hoteles familiares y comer en pequeños restaurantes locales también ayuda en todo esto.


Sonrisa Birmana


Una mirada a los ojos,

un tímido saludo

asintiendo la cabeza,

tendrás como respuesta,

en todos los casos, seguro,

una sonrisa del otro

de oreja a oreja.

Ya vayan en bici, en moto,

en lo alto de un camión, en burro,

o enganchados a la puerta

de una destartalada furgoneta,

dispondrán, al menos, de un segundo,

para mostrártelo todo

con la mayor de las simplezas.


Nosotros ya estamos fuera de país, pero aún seguimos sumergidos en su realidad. En una dura realidad de cerca de tres millones de personas que viven o bien como refugiados o como inmigrantes ilegales en su vecino país Tailandia (sin contar los que están en China o en Bangladesh). Estamos en Mae Sot, una pequeña ciudad fronteriza con Myanmar. En este lugar se concentran gran número de campos de refugiados y un importante número de los ilegales. Éstos son literalmente usados como mano de obra barata en la gran cantidad de fábricas internacionales (mayoritariamente chinas) que hay por los alrededores, o bien en campos de cultivo. Mientras sus hijos van a pequeñas escuelas también ilegales. Se considera que los afortunados son los que están dentro de los campos de refugiados, aunque que dura fortuna les toca asumir.

Pero empecemos por el principio. Llegamos a la ciudad con un nuevo compañero de viaje, nuestro amigo Antonio, que se sumó con nosotros a esta humana aventura. Nos reunimos con Thant quien nos distribuyó entre diferentes casas de locales birmanos, y nos asignó a cada uno a un colegio.

En mi caso la escuela se llama Farm-House School, lo que quiere decir Granja-Casa Escuela. Esto se debe a que la totalidad de los 70 niños que van a esta escuela viven en las inmediaciones, y para ser más concretos dentro de de los campos de arroz que hay justo detrás de la escuela. Los niños, que cuentan con edades entre los 5 hasta los 13, no pasan del grado 1, o lo que vendría a ser 1º de la ESO.

Mi misión era dar clases de inglés en las tres clases que había. La escuela está hecha de bambú sobre los propios arrozales y los mosquitos están presentes durante todo el día. No hay electricidad y la poca brisa que se permite el lujo de entrar por las ventanas no da abasto para eliminar el sofocante calor. Las paredes están adornadas de multitud de carteles de diferentes procedencias, que hacen las veces de adornos, de separadores entre clases y de murales de enseñanzas. No existen las mesas ni las sillas, tan sólo hay unos taburetes que son usados a modo de mesas.

La escuela estaba siendo financiada por un organismo internacional que le suplía la comida, el material y el salario para los profesores, pero desde el pasado mes de Agosto, ésta canceló su compromiso con la misma, por lo que en la actualidad los profesores no reciben salario alguno por el trabajo realizado. Los colores, tijeras, tizas o cualquier otro utensilio escolar son gestionados por los maestros, y tremendamente cuidados por los niños. Los más pequeños tienen un libro que adoran, y que la maestra les lee cada día al final del almuerzo. Se trata de un libro que en realidad está escrito en japonés y que tiene pegatinas pegadas con la traducción a birmano. Podría no parar de contar miles de detalles tales como que hay alumnos que se traen a sus hermanos pequeños de un año y que están cuidando de ellos mientras atienden a las lecciones y hacen las tareas.

El primer día el director de la escuela me dio una pequeña charla en la que me puso en antecedentes sobre cuál era la situación de los niños, y lo complicado que en ocasiones suponía la asistencia de los mismos a la escuela. Lo que hacen es suministrar el almuerzo y de esa forma instan a los padres a que asistan, ya que es un alimento menos que tiene estos que suministrar. También luchan desde la escuela contra el tráfico ilegal de personas, ya que muchos niños son vendidos por 2.000bt (40€) para el mercado sexual en Bangkok. Me invitó a visitar algunas de las familias tras terminar las clases, a lo que acepté encantada, ya que con ello conseguiría una visión más global sobre las condiciones de vida de los críos.

En las primeras horas ya fui consciente de lo complicado que iban a resultar mis clases, y es que contamos con los siguientes hándicaps. Los niños aprenden tres abecedarios, el tailandés, el birmano y el anglosajón. Al tratarse de niños tan pequeños el nivel es muy bajo, y lo poco que saben de inglés es gracias a las canciones que aprenden. El idioma que hablan es el Birmano, del cual no me saques de hola, gracias, bien hecho y adiós. Total que no sabía cómo hacerme entender en muchísimas de las ocasiones. Así que esa noche quise prepararme a conciencia para el día siguiente, y con los sabios consejos de una maestra en el arte de enseñar, mi madre, me dirigí motivada y feliz los siguientes días.

Esa tarde la visita a las familias de los niños me dejó con la boca abierta. Para llegar tuvimos que atravesar literalmente los campos de arrozales, con el barro hasta las rodillas y los pies sumergidos en un fango pringoso. Dos niños me cogían de las manos para que no me resbalara y por tanto mi cara no podía mostrar lo que realmente sentía, sino que una enorme sonrisa salía de mis labios, acompañada de canciones que tarareaban los críos.

Por fin llegamos a esa hilera de 10 casas de madera tan pequeñas que en total no serian más de 25 metros cuadrados por vivienda. En cada una de ellas vivían varias familias. Bajo las escalinatas de cada una de las casas se amontonaban las basuras con el barro y con desechos que no quiero ni pensar de dónde venían, y el hedor que desprendían me hacía pensar que no iba a aguantar mucho en aquel lugar. Afortunadamente el ser humano tiene una importante capacidad de abstracción y los juegos con los críos hicieron que el tiempo se pasara rápido. En concreto, jugué al elástico, de fabricación casera, es decir, estaba hecho con decenas de gomitas anudadas. No paraban de partirse, y ellos, de hacer nuevos nuditos.

Al día siguiente y los sucesivos, ya que cada día di clase en uno de los niveles, el juego de las manos, que vino de mi madre, hizo furor. Los más pequeños no dejan de mostrar caras de sorpresa cuando tras poner sus manitas en una hoja de papel en blanco, y hacer la silueta con un lápiz, al levantar la misma, salía el dibujo que antes no estaba. Sus caritas de felicidad no tenían desperdicio, y cada una de sus sonrisas era un regalo para el que las recibía.

Entre las experiencias que nos contó Antonio cabe destacar una muy curiosa. Un día al llegar a la clase, él enseñaba programas de ordenadores en una escuela de críos de entre 9 y 13 de edad, éstos no habían hecho los deberes ni repasado lo aprendido el día anterior. Total, que les dio unos minutos para que repasaran y continuar con la lección, pero antes quiso enseñarles algo. Entonces dibujó en la pizarra un mapa de EEUU, de Europa, Japón, Tailandia y Myanmar. Y puso en los tres primeros “Easy” (fácil), en Tailandia “Medium” (medio) y en Myanmar “Difficult”, y les comentó que ellos por venir de un país como el suyo tenían que estudiar aún más que los otros pues sus condiciones son más complicadas. Los críos tenían los ojos brillantes al pronunciar Antonio estas palabras. Y éste, al darse la vuelta y contemplar el dibujo, se hizo consciente de que lo que les acababa de enseñar a esos niños era el mundo es injusto, y que a ellos les tocaba vivirlo de forma más dura que al resto. Y es que si de algo te das cuenta con estas cosas es una frase que también saco de mi madre, y es que “la primera tarea de la educación es enseñar a ver el mundo tal cual es”.

Juanlu iba a dos escuelas, en una, por la mañana, daba inglés a chicos entre 16 y 18 años y por las tardes, en la otra, jugaba con niños más pequeños a los dos únicos juegos que tenían, una mesa de ping-pong, donde se pasaban horas y horas, y una pelota hecha a base de bambú.

Lo que esos niños le transmitieron fue mucho más de lo que él pudo enseñarles. El interés, la ilusión, las ganas de aprender, de conocer, de mejorar su inglés, el respeto hacia el “teacher”, el agradecimiento constante de que un extranjero estuviera en su colegio enseñándoles (no sólo inglés, sino también cómo es el otro mundo del cual conocen más bien poco), todos esos valores que se están olvidando vibraban en cada una de sus clases y también fuera de ellas. Tenía a más de 70 chicos y chicas (con niveles muy distintos) con lo cual se tiraba un buen rato preparando lo que iba a enseñarles al día siguiente (la parte del profesor que no suele verse). También, al terminar las clases, se pasaba largos ratos hablando con algunos de ellos, conociendo un poco más cómo eran sus vidas, y explicándole cómo era la suya. El intercambio fue realmente maravilloso.

Para despedirse, y debido a que la escuela era cristiana bautista, le ofrecieron una plegaria y una oración para él, su novia (o sea yo) y toda su familia, para que tuviera suerte en su viaje, su trabajo, su vida… y para que volviese algún día a verlos.

Colegios de refugiados


Casas que viven entre arrozales

y el hedor de los desechos,

niños que vuelven del colegio

entre el fango y el acecho

de quienes quieren secuestrarles.


Un oasis nacido en medio

de la pobreza y los desastres,

un pueblo, los Karen,

sin opciones, obligado, emigrante,

hacia un futuro más bien incierto.


Los colores de los estudiantes

irrumpen entre tanto desconcierto

rellenan con magia los huecos

del jardín de los deseos,

le pintan alas al guardián del hambre.


En ebullición constante,

los críos y sus lapiceros,

en la escuela de paredes abiertas al cielo,

dibujan un mundo sincero

donde amor y alegria son fieles amantes.


Mientras tanto, en este pueblo coincidimos con multitud de gente que por diferentes motivos y con diferentes organizaciones estaban como voluntarios o como trabajadores en cooperación. Entre ellos tenemos que destacar a Javier, un chico del Puerto Sata María que se convirtió en uno de esos regalos que la vida te presenta justo en el momento apropiado. Resulta que practica yoga, y todas las tardes nos hacía una sesión de Chi Kung y otra de yoga Tibetano, llamado también el yoga del corazón. Las sesiones que hacíamos se llamaban “Dar y recibir” y no tengo palabras para describir la belleza de estas meditaciones, ni capacidad para describir las sensaciones experimentadas cuando nos reuníamos para las mismas. Era muy curioso, ya que estábamos normalmente tres coreanos y cuatro españoles, en Tailandia practicando Yoga Tibetano.

Un conocido del lugar me ofreció la posibilidad de visitar uno de los campos de refugiados, ocasión que no quise rechazar ya que es muy complicado conseguir los permisos y no podíamos perdernos tal oportunidad que se nos brindaba. Nos dirigimos al Campo de refugiados llamado Mae Lan, que es el más antiguo de todo Tailandia, más de 20 años, y el que mayor número de personas da cobijo en total a unas 40.000. Llegando allí nos explicó cómo era el mecanismo en el campo. No todo el mundo está registrado como refugiado, por tanto, no se sabe exactamente el número de personas que allí residen. En teoría no se puede salir del campo, pero con el pago de una “tasa” a los policías, las personas entran y salen asiduamente de los mismos para conseguir trabajo en los alrededores. Nosotros finalmente no entramos por la entrada oficial, si no por una puerta trasera en la que nadie nos paró para identificarnos, donde pudimos introducir cámaras de fotos (que en teoría están prohibidas, pero que por respecto tampoco quisimos sacarla), y mira que se nos nota que no somos uno de ellos. Y es que no había ningún tipo de control en esta puerta no oficial del recinto (recinto por llamarlo de alguna manera ya que tan sólo consistía en un endeble vallado).

Una vez dentro, aquello era un poblado Birmano dentro Tailandia (con casas de bambú, luz eléctrica e incluso algo hecho en canalizaciones de agua, más de lo que vimos en algunos poblados de Birmania), con mercados, peluquerías e incluso “play-station” en algunas de las casas. Con todo ello no digo que la gente no tenga derecho a todas estas cosas, pero que la imagen que al menos yo tenía de lo que sería un campo de refugiados no coincidía en nada con lo que observamos. Todo ello no elimina la dureza de vivir allí, donde nos cuentan cómo los propios policías secuestran a los niños que son vendidos en el mercado del tráfico de órganos, o para el mercado sexual en Bangkok. Cosas que uno cree que no existen en el mundo que vivimos pero que son tan reales como real es el campo en el que estuvimos. O como son saqueados los graneros de arroz de los organismos internacionales, según se cree también por la policía. Y es que aquí, al igual que en todo el mundo, existe mucha corrupción. La visita fue corta pero intensa, y es que uno no para de aprender a cada paso que da.

Como despedida de este lugar y esta experiencia hemos querido sumarnos al movimiento de 350, por el cambio climático, haciendo una sesión de Yoga en uno de los templos de la ciudad. Los monjes nos dejaron para el evento, el templo principal, y Javier se prestó como guía de la sesión. todo un privilegio. A esta sesión se nos unió Wai Minn, el director del colegio y Laura, que colabora con la escuela en la que estuve trabajando y que trabaja en Bangkok con el organismo de las Naciones Unidas para los inmigrantes.

El tiempo se nos ha pasado volando, y ya nos toca la despedida de Birmania y de sus gentes. Pero esto no es adiós, sino un hasta pronto. A este pueblo que tanto ha sufrido, pero que no ha perdido la esperanza, no podemos darle la espalda, y es por ello que el año que viene, que puede ser un momento decisivo para el país, debemos apoyar entre todos el necesario cambio que esta gente ansía. Y nosotros volvemos a coger rumbo con destino hacia los templos de Ankor Wat en Cambodia, pero chicos de nuevo esto será parte de otra historia.

Un besazo a todos.


Cris y Juanlu

Massaleros Vuelta al Mundo

12 comentarios:

  1. Que orgullosa me siento de teneos como hermana y cuñao! Preciosas fotos, poesia, y los mas sublime de todo, las vivencias que estais teniendo y el apoyo incondicional que les habéis dado, y estoy segura que seguireis dando, al pueblo birmano. Yo también participe en el 350 desde Madrid, y me alegra saber que desde allí habéis aportado vuestro granito de arena para concienciar a la gente que el cambio climatico esta cada vez mas cerca.
    Un besazo!! Y ya sabéis lo que os quiero

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  2. Mis queridos hijos, que maravillosa experiencia
    os está dando la vida y nos la está dando también a nosotros. Me habéis dejado de una pieza y con las lágrimas en los ojos, que no paran de caer.
    Que vivencia tan preciosa la de los peques en ese colegio y lo que habéis aportado de esa manera tan altruista, no se puede comparar con nada de lo que habéis hecho anteriormente, ya que el arte de enseñar y transmitir tiene un gran premio...la sonrisa y la mirada de quien recibe la enseñanza, algo que no hay dinero suficiente para pagarte.
    Lo de Myanmar, no tenía ni idea de que la cosa fuera tan cruda, pero si de algo me alegro de esta experiencia, es lo que estoy aprendiendo y en lo que tengo que implicarme.
    En fin, que a este mundo hemos venido para echarnos unas manitas unos a otros, y yo por lo menos me comprometo a hacer algo, ya tengo en mente un par de cosillas, a ver si me salen como yo quiero.
    Que deciros más...que os quiero con todo mi AMOR, que sois los más grandes y que etáis creando un nuevo espíritu...EL ESPÍRITU MASSALEROS.

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  3. Massaleros, gracias, estaré dispuesta a colaborar en la distancia con lo que pueda y me alegra conocer mediante vosotros una realidad desconocida hasta ahora. Por cierto, muy buena la frase de la Mamá, es difícil ver el mundo tal cual es...
    Enhorabuena chicos, besos desde las islas!
    Ester

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  4. Chicos,habeís conseguido,una vez más, emocionarme de esa manera......
    Yo conocía, un poco de la situación vivida por el pueblo birmano, y la detención de San Suu Kyi y posterior arresto domiciliario,postergado una y otra vez y así varios años, hasta el día de hoy,
    Pero que sepas del problema,eso es una cosa y otra que le pongamos carita,y es que para mi la infancia es algo sagrado, nuestro mejor tesoro,
    y veros a vosotros poniendo en este caso unos granitos de arroz,ohhhhh, aquí una incondicional, pedir lo que queraís........yo esta vez no iba en la mochila,pero si estaba detrás de vosotros,participando de todo,hasta del barro y edor, pero eso si no me perdí una sonrisa.os quiero por permitirme vivir todo esto.....
    Ahora se.... porque.. a esa pregunta que os habeís hecho en algún momento de vuestro viaje,
    cuando la gente compraba flores...teniendo tan poco, y hacían ofrendas....
    Compran arroz para vivir y flores para poder seguir viviendo.
    "No te rindas
    que la vida es eso,
    continuar el viaje,
    perseguir tus sueños,
    destrabar el tiempo,
    correr lo escombros,
    y destapar el cielo."

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  5. Amigos! que relato.... me quede impresionado con el mismo, uno ¨trata¨de imaginarse lo que les sucede a esas personas y es realmente complicado... lo valioso son esas sonrisas que quedaran grabadas en vuestras mentes en eterno agradecimiento por lo enseñado y vivido. Seguramente esos niños tendran un agradecimiento a futuro para con ustedes!!!!
    les mandamos un beso grande a los dos....
    Juan y Kari :)

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  6. guauuuuu!!! Todavia no tengo palabras ... Gracias masaleros...

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  7. Amores míos!!
    Que maravilla y que privilegio las experiencias tan increíbles que estáis teniendo. Nada mas ver las caritas y las miradas de esos niños se me partía el corazón….con lagrimones en los ojitos he estado leyéndoos, y no puedo explicar con palabras lo que siento, imaginándome yo en aquel lugar lo increíble que debe resultar tener a todos esos niños maravillosos delante y ver lo diferente que es el mundo a través de ellos…..!!! Me hubiera encantado poder sentir lo que cada uno de ellos, puede transmitirte y enseñarte.
    Me alegro que seáis ustedes los elegidos a poder trasmitírnoslos porque de ustedes nace ese amor que hace falta para poder transmitir a trabes de unas palabras y fotografías algo realmente maravilloso. Solo deciros que me siento feliz cada vez que os leo que hay momentos donde, parece que no hay distancia en vuestras palabras que os hecho mucho de menos y que os admiro por ser como sois .!!! Os QUIEROOO MUCHOO

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  8. Y de nuevo lo conseguís ...... bufffff!!!!!!!!!
    Es que ya no se hasta donde va a llegar esto!!!!.
    No deja de impresionarme todo lo que estais viviendo. Que maravilla!!!
    Esa experiencia que habeis pasado en Myanmar bien vale por si misma una vuelta al mundo.
    Que maravillosa gente y que maravillosa experiencia. Tengo que ir a Myanmar.
    Os veo y os siento como si vuestro viaje acabase de empezar, como si nada de toooooooooooooooooooooooooooooodo lo que ya llevais vivido durante este año os hubiese pasado. Estais viviendo vuestra vida con plenitud y ese es un gran tesoro, no al alcance de todos. Cuidarlo bien.
    Voy a ir a Myanmar. Habeis conseguido que me quede prendado de esa parte del mundo.
    Y que experiencia mas bella la de la escuela ... guaooooooo. Que bonita.
    Y que bonitas las enseñanzas de tu madre.
    Que bonito todo.
    Muchísimas gracias ooooootra vez mas.
    Y hoy permitírme lo siguiente para acabar:
    Viva la madre que parió!!!!!!!!!!!!!!
    Os quiero mucho
    Jandro

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  9. Me he quedado sin palabras y me habeis puesto la piel de gallina. Es increible poder sentir eso de ayudar a alguien y poner vuestro grano de arena, a mi tambien me entraron ganas de poder ayudar a esos pequeños en lo que sea, porque es muy triste que unos tengan tanto y otros tan poco.
    Gracias por abrirnos los ojos para ver distintas realidades a las nuestras y saber que todavia quedan dictaduras en el mundo donde el ser humano vale muy poco, apenas nada.
    Esperemos que para el año que viene pueda ganar la democracia y la libertad de expresion..... pondremos todos nuestros deseos para que eso ocurra.
    Besos para vosotros y para todos los massaleros que ya somos un monton, y no me extraña, porque como os digo siempre esto engancha. Os queremos un monton y esperamos impacientes otra nueva aventura.

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  10. Orgullo, alegría, satisfacción, amor, miedo, envidia, sudor, picor, etc., son muchas las sensaciones que nos estáis haciendo que sintamos, vivamos y veamos, es mucho el amor que dais y que estáis recibiendo.
    Os damos una vez más las gracias, por como estamos viajando con vosotros, nos faltan pañuelos para secarnos las lágrimas, la felicidad nos hace llorar.
    GRACIAS, CUIDAROS, OS QUEREMOS CON LOCURA.

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  11. Llevo casi toda la noche leyendo vuestras paginas y tengo felicitaros por el trabajo que estáis realizado y la forma que lo comunicáis.

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  12. chicos que increible esta experiencia de Myanmar , tan dura y enriquecedora a la vez. Creo que vaís a tener muy dificil elegir cual ha sido la mejor parte del viaje, todas las estáis viviendo de una manera muuy especial. Sin duda, este viaje ha sido la mejor decisión de vuestra vida. Chapeau, como dice Jandro al alcance de muy pocos.
    cuando volvéis? que raro os va a resultar todo aqui...
    Muuuuuchos besitos

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