lunes, 7 de septiembre de 2009

Familia Thailandesa

Y de nuevo los aviones para volver a la locura de Bangkok. En medio de la calle Rambutri, junto a Kao San Road, el encuentro fue efusivo y lleno de abrazos con Blanca e Iker. La alegría llenaba nuestras almas por vernos, y el entorno no podría ser más divertido. Tras unas primeras charlas nos sumergimos en la profunda Bangkok, yendo a ver el famoso Ping Pong Show, que nos dejó con la boca abierta. Contribuir a algo como aquello no nos gustó nada, pero por otro lado hay que ver las cosas para saber lo que a uno le gusta y lo que no.


Nos contaron Blanca e Iker como fue su llegada a la ciudad, “pasao por agua” y es que no podían haber tenido mejor recibimiento. Llegaron tras haber caído un gran monzón, y al bajarse del taxi el agua les llegaba hasta las rodillas. Las chanclas se salían de los pies, y todo era extraño. Las risas de ellos al narrar la historia nos denotaba que habían disfrutado del agua vendita de esta tierra.


Paseos por la ciudad nos llevaron hacia el mercado de las flores, donde también había todo tipo de frutas y pescados secos. Los adornos florales son muy usados en este país debido a las múltiples ofrendas que a diario se hacen hacia los dioses, y son verdaderas obras de arte.



De allí pasamos a visitar algunos templos y entramos en el barrio chino, donde se puede encontrar todo lo que uno quiera comprar. Pero nosotros lo que buscábamos era comida. La comida tailandesa de nuevo se convirtió en un placer a degustar para el nuevo equipo massalero, y no es para menos ya que está realmente exquisita y es muy rica en variedades, siendo la estrella, como siempre, el Pad Thai.



De nuevo pasamos por la gasolinera bar y quisimos ver el ambiente en los diferentes clubs. Si algo hay que contar es que los Thai´s no tienen buen ritmo bailando, aunque lo intentan con muchas ganas. Al día siguiente salimos rumbo hacia al sur, para poder recorrerlo hasta llegar a la mundialmente conocida como fiesta de la luna llena en Ko Phangan. Decidimos como destino Ko Lipe, isla de la que nos habían hablado alguien por el camino, y de la que nos habían dicho que era el destino perfecto, el paraíso. El medio de transporte seleccionado, el tren. Aún no lo habíamos probado aquí en Thailandia, es realmente confortable y divertido. Teníamos unas literas, con nuestras sabanas y todo. Y al fondo, un vagón bar en el que nos pasamos las horas jugando a las cartas y tomando cervecita Chang, la mejor cerveza tailandesa. El tren se paraba a cada rato con unos bruscos vaivenes (sino que se lo pregunten a Iker que llevaba la cabeza al revés en la litera y fue dándose golpes toda la noche) y un insoportable ruido por los frenos.


A la mañana nos paramos durante largo rato en un pueblo, el tren no arrancaba, viendo que había mucha gente que se cambiaba a otro que acabada de parar al lado, y tras preguntar cientos de veces “To Hat Yai?” decidimos coger las cosas y cambiarnos de tren en el último momento. Fue por ello que llegamos con retraso, y por tanto no pudimos coger el barco que nos llevaba a Ko Lipe, así que como la única opción para llegar a algún lado en ese mismo día desde la ciudad de Hat Yai era Ko Lanta, hacia allí nos dirigimos (pensar en la locura de haber bajado hasta llegar casi a Malasia para de nuevo subir otras cinco horas en coche, una verdadera locura, y muy hartos de tanto transporte). Como podéis imaginar después de usarlo tanto, Ko en thailandes significa Isla.


Llegando a Ko Lanta ya nos empezaron a contar que en temporada baja, que es en la que estábamos, aquello estaba muy tranquilo, en realidad la expresión que usaban era “muerto”. Y así nos lo encontramos. Estaba verdaderamente muerta la isla.



Nos alquilamos una moto y nos pusimos a recorrerla, comenzando por el pueblo antiguo que consistía en una ciudad sobre palos, y es que la isla está por un lado rodeada de manglares. El otro lado de la isla nos sorprendió con playas preciosas, y unas fuertes olas hicieron del baño una verdadera diversión. Pasamos una tarde rodeados del verde apabullante de la naturaleza y sumergidos bajo la fuerzas de los mares.


Ko Lanta

Un árbol retorcido
saliendo de la misma arena,
sirve como amigo
donde reposar las piernas.

Las olas emiten un ruido
tenue, pero a la vez cerca,
se mezcla con el sonido
del viento tras mis orejas.

Una guitarra ha venido
a ser compañía perfecta
de los oasis perdidos
y la Madre naturaleza.

Un coconut shake ya servido
mi garganta refresca,
la flor que he olido
a otro universo me lleva.

Son momentos que el olvido
para si quisiera,
y por eso, los escribo
antes de que Ko Lanta muera.



Por la noche buscamos algún sitio para mezclarnos con lugareños y lo encontramos. Allí fuimos Blanca y yo, mientras los otros nos esperaban en la moto, y vimos a dos mujeres comiendo mejillones al vapor con la botella de whisky thailandes, soda y hielo al lado. Ahí sí que íbamos a poder tener contacto con las lugareñas. Y así resultó. Una de las mujeres se sentó a nuestro lado mientras comíamos, nos invitó a comer mejillones, no paraba de contarnos su vida y nosotros de preguntar. Resultó super-divertido. Todo el tiempo nos hacía brindar por cualquier cosa (ella con su whisky nosotros con nuestra Chang).




Al día siguiente continuamos la búsqueda y nos dirigimos hacia Ko Phangan con idea de poder ver algo de la isla y buscar algún alojamiento barato ya que durante la luna llena se pone hasta arriba de gente. De nuevo Van, Taxi, bus y otro bus, barco, y parce que nunca iba a terminar pero por fin llegamos a la isla, de noche, habiendo invertido todo el día, y cansados, muy cansados. Nos dirigimos hacia la zona de Hat Rin que es donde se concentra todo el ambiente juvenil, y donde se celebra la famosa fiesta y encontramos unos bungalows preciosos, en la playa al lado de donde se celebra la gran fiesta. De madera, pintados de colores, cada uno parece hecho por alguien diferente, justo en primera línea de playa y por tan solo 4 euros. No nos lo podíamos creer. Claro que luego nos dimos cuenta del por qué. Resulta que todos los días se celebra la llamada Pool Party, que consiste en una fiesta en una piscina, y la tenemos justo al lado por lo tanto escuchamos la música todas las noches. De todas formas el lugar merece realmente la pena.


De nuevo las motos fueron nuestras aliadas y nos dirigimos a perdernos por las carreteras para finalmente llegar a una playa llamada Hat Khom, un verdadero paraíso. El agua azul turquesa se reflejaba sobre una arena fina y blanca. Los arrecifes de coral hacían que las olas no llegaran hasta la orilla formándose una laguna natural. Unas rocas enormes de color gris posadas sobre la playa, en lo que podía ser una decoración perfecta. La naturaleza llegaba hasta la arena en forma de preciosas palmeras que se alzaban hacia el cielo. Y como guinda las hamacas que había por todos lados te invitaban al absoluto relax. Un verdadero paraíso. Y de él disfrutamos y nos relajamos completamente. No quisimos perdernos la oportunidad de divisar la vida marina y en esta ocasión acompañada por Blanca pudimos flipar con los corales que nos rodeaban. A la salida la marea había bajado y no podíamos salir por ningún lado por lo que acabamos escalando literalmente las rocas. Toda una aventurilla.

Hat Khom. Ko Phangan


Del silencio de la playa
convertida en laguna
a la bajamar,
se contagian
las sombras de las ramas,
que en un susurro de calma,
a la arena menuda
le cantan,
invadiéndola de paz.

El movimiento de las barcas
tras las piedras desnudas
refleja el coral,
la magia
de las aguas a franjas
en sales cargadas,
crea turquesas dunas
entregadas
a un embrujo de tranquilidad.



Conocimos en nuestro pequeño hogar (las cabañitas hippies de las que ya hablamos) a nuestros vecinos, que se convirtieron en compañeros de viaje desde entonces, Alex (francés) y Laila (colombiana).

Con ellos comenzamos una divertida noche tomando algo en los bungalows para después sumergirnos en un mundo que desconocíamos en la isla…la playa de Hat Rin Nok. No nos lo podíamos creer cuando de repente tras una calle, la multitud se agolpaba, las luces, el sonido…y la playa. Una grandísima fiesta delante de nosotros. Los bares ponían unos mega-altavoces mirando al mar y allí era la fiesta. Con una arena fina, como la harina, como suelo y música para todos los gustos como telón de fondo. Impresionante.
Los bucket (consisten en pequeños cubos de playa que se usan a modo de grandes vasos para la bebida) se convirtieron en nuestros aliados. Es realmente alucinante lo que en este lugar se monta. Toda la gente va con el cuerpo pintado con fluorescente con cualquier cosa que te imaginas. De hecho hay multitud de personas por la playa ofreciéndote pintarte el cuerpo con esas pinturas, y pancartas que te enseñan lo que te puedes pintar. De nuevo las cariocas y el palo de fuego eran protagonistas en cada esquina. Nosotros alucinábamos con cada pequeño detalle.



Al día siguiente quisimos disfrutar del ambiente de esta playa por completo y pasamos la tarde entera allí, disfrutando de unos ricos baños con un agua azul turquesa y una temperatura que hacía que estuvieras mejor dentro del agua que fuera. Descubrimos también nuestro mítico lugar en Ko Pangan, el Melow Bar. Desde lo alto de una roca divisabas todo el ambiente de la playa y la música sacaba los mejores bailes de nosotros. Formamos con todos los del bar un grupo fantástico. Y así fue como pasamos la maravillosa noche de la luna llena.




Ahora nos despedimos de Iker, que se va para las Islas Maldivas y se queda con nosotros Laila, para seguir descubriendo lo que esta isla de Ko Pangan tiene aun por mostrarnos, pero eso ya será parte de otra historia.

Blanca, Iker, Cris y Juanlu
Massaleros Vuelta al Mundo

4 comentarios:

  1. Uf...,me habéis derrotado en esta entrega, casi me axfisio de tanta caminata, sube, baja...pero al final como siempre, con la boca abierta como una boba.
    Cuanto me ha gustado que los Massaleros vayan aumentando y variando, eso hace que la experiencia sea más enriquecedora y a la vez reforzáis vuestra aventura.
    La isla de Ko Pangan, que decir de ella, es un flipe, me alegro que disfrutáseis de esa luna llena, es la última del verano y como todas las lunas está llena de mágicos poderes y esta en concreto más aún...estábais vosotros y vosotros si que sois mágicos, maravillosos, increibles.
    Un beso para todos y seguid mandándo esa fuerza. Os quiero.

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  2. Queridos que biennnnn, tooodoo....poesias, comentarios, fotos y compañia, como fluyen los amigos en verano,eso para que noteís la "pequeña diferencia" de los que están por el mundo mundial sobrados, y los que se van al mismo mundo...con dosificación,(por si no os habíais dado cuenta del detalle)
    Los hay que no van a ningún "mundial mundo" y se quedan en casa viviendo la fantasía de lo leido,saltando de isla osea de Ko en Ko, que ya no se si voy o vengo, si subo o bajo, yo no uso ya ni barco.
    No pude vivir bien la aventurilla en la playa Hal Khom,el hecho de que bajara la marea, fué motivo para que me hicieseis subir por las rocas.
    Juan hoy fiesta grande en Asturias,y el tiempo fabuloso.
    "Tengo un amigo que dice,que existen dos tipos de personas: aquéllos a los que les pasan cosas, y aquéllos que hacen que pasen cosas."
    y vosotros tope guay.
    Besinos

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  3. queridos massarelos la mayor parte de este comment lo escribi desde sevilla, pero por problemas con mi ordenata que se me quedo colgado no pude subirlo, lo guarde en el pen y hasta hoy no he visto el momento de meterme y colgarlo.

    os escribo desde el barrio la macarena my cerquita de donde vosotros vivias, a 5 -6 minutillos de donde tenia el piso juanlu; curioso el paralelismo, estoy en sevilla terminando cosillas de mi trabajo para pòder empezar mi aventura, ciudad desde donde practicamente empezó la vuestra y ahora vosotros estais en thailanda, en bangkok ciudad donde terminará la mia.

    como bien sabeis en breve empezará mi viaje, no me queda nada, menos de 20 dias y ando entre emocionado, nervioso, ajetreado.... intentando atar todas la cosas, terminar mi trrabajo, recoger mi casa y todas ess cosas que se hacen antes de un viaje de este tipo y que sabeis mejor que yo...solo tengo ganas de coger ya el avión y que empieze mi viaje.......he de confesaros que aunque llevaba mucho tiempo rondando por mi cabeza esta idea de viajr alrededor del mundo, vuestro viaje, vuestro blog, vuestras imagenes y vuestra historia me han dado fuerzas y me han ayudado a tomar la decisión....mil gracias por ello massarelos, al igual que por todos los consejillos e indicaciones que me habeis mandado por email ( os seguiré dando el coñazo jejejej)

    una verdadera pena no poder coincidir con vosotros en ningún lugar, no haberme juntado con jandro y jaime en su visita o en cualquier otro lugar de vuestro viaje , ni haber podido compartir experiencias y descubrir lugares tan magicos como los que describiis con vosotros, compartir todas esas vivencias y experiencias.......al igual que una pena que no podais uniros al mio, ni que hayan coincidido por lo menos una etapa de nuetsros viajes........pero yo, y creo que todos los que os leemos y os seguimos, hemos decubierto este maravilloso mundo en el que vivimos con vosotros; en vuestra mochila llevabais una pequeña parte de cada uno de nosotros y hemos recorrido juntos los mismo lugares y compartido las mis experiencias que nos habeis descrito, pero nosotros desde la imaginación y con una envidia "sana" que nos incitaba a dejarlo todo, coger la mochila e irnos de esta vida de prisas, agobios, horarios, rutinas, .......el 29 de septiembre parto de españa y os pienso llevar en mi mochila a vosotros y a todas las personas alas que quiero,osea que vuestro viaje no acaba a finales de año, sino que sigue con yawi :-)

    besos y abrazoooossss

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  4. Eso no vale!! algunos repiten eh? que pasa contigo Iker? que estais viajando a destiempo y algunas veces a tiempo como en la musica.
    Que bien que hayais estado juntitos los primitos.Como se animen todos ellos la llevais clara, se os levanta la familia boicoteando.Bueno espero que os lo hayais pasado divinamente.

    un besito gordo

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