Estábamos alojados en la parte oeste, en un lugar en el que no llegaba casi el sendero de la isla. Para trasladarte por ella o lo hacías andando o en unos carros de caballo, que si ibas con las mochilas la verdad es que merecía la pena. Estaba regentado por una familia musulmana, ya que no debemos olvidar que al salir de Bali salimos del Hinduismo y budismo que dan ese colorista y apacible ambiente a Bali. Así que en el paraíso te veías a mujeres locales con los pañuelos en la cabeza tapándose el pelo y el cuello, y con faldas hasta los tobillos, y ninguna metida en el agua (no todas la mujeres de la isla eran musulmanas pero si un importante número de ellas). Pero con quien nosotros teníamos el trato era con Antó, que se convirtió en un aprendiz de cariocas al poco.
Desde que nos levantábamos dejábamos que la tranquilidad del lugar invadiera cada uno de nuestros movimientos. La recolección de conchas se convirtió en un gran hobby para nosotros, y es que además no resultaba una tarea difícil si tenemos en cuenta que estábamos rodeados de lo que podríamos llamar un cementerio de coral. Montañas de conchas y corales nos invadían por todas partes y en cuanto bajaba la marea las dejaba al descubierto dándote la oportunidad de recoger cuantas quisieras sin que se notara lo más mínimo.
Luego las pintábamos haciendo que el tiempo transcurriera sigiloso frente a nosotros. Rojos, amarillos, naranjas, azules…todo un sinfín de colores y de formas. Al final dejamos la mayoría de ellas allí, ya que seguro, nos comentaron, las iban a usar para decorar el lugar, así que nosotros encantados.
Cementerio de Corales
La marea devota
recoge sutilmente
las aguas,
y deja al descubierto
montañas
de corales muertos.
En las charcas,
un mar de estrellas,
miles de cochas
y más corales sueltos
emblanquecidos por el paso del tiempo,
con cientos de formas
de sus cuerpos
en movimiento.
El buceo por la zona en un principio resultó ser un poco austero, hasta que descubrimos que a tan sólo 50m de nuestro lugar (la verdad es que no nos movíamos mucho), había un precioso arrecife. Te metías unos 20 metros mar hacia adentro, y podías visualizar el punto en el que la isla terminaba, porque había un grandioso escalón de arena que daba lugar al inmenso y precioso azul intenso. La corriente, que no siendo peligrosa era fuerte, te llevaba en paralelo a la costa, haciendo que no tuvieses ni que nadar, tan sólo dejarte llevar para ver la inmensidad de vida que allí se albergaba. Una inmensa nube de peces me rodeaban como dándome la bienvenida y me acompañaron durante gran parte del tramo, en lo que en ese momento de ensueño plantearía como que el mar me protegía. Jugueteando con ellos, arriba y abajo la nube se dibujaba una y otra vez con un círculo en el medio, que era yo. Una verdadera pasada. Lo único que fastidiaba lo idílico del momento era la cantidad de aguas malas, que daban unas reacciones alérgicas de impresión. Por lo que buceaba con camiseta, e intentando evitarlas constantemente, pero aun así las picaduras eran montones todos los días.
Por las tardes bajaba mucho la marea dando lugar a un conjunto de lagos donde se podían divisar muchas estrellas de mar, y donde se juntaba la gente local para pescar. Cuando el sol caía, las imágenes eran increíbles, los colores se proyectaban sobre las quietas aguas, como espejos perfectos. Maravillas de la naturaleza. Justo allí era donde estaba nuestro bungalow junto con otros pequeños lugares donde poder disfrutar de la puesta tumbado sobre una de las camas balinesas, de nuevo de bambú, que te ponían sobre la arena. Si a ello le sumamos que nos dejaban poner la música con el ipod… no os podéis ni imaginar el momento tan placentero.
A Antón le gustaban los malabares con fuego, de hecho era muy bueno con el palo, y tenía unas cariocas de fuego, por lo que le estuvimos dando un par de clases, a cambio de que nos trajera el queroseno para bailar nosotros la cariocas de fuego. Así que tras el atardecer nos poníamos a bailar en la playa con la música de fondo, poniendo la guinda al pastel que era todo aquello.
Y para guinda, la sorpresa que nos dimos cuando nos encontramos con un grupo de 6 españoles, junto con otra pareja más. Total, que sin quererlo ni beberlo, éramos 10 españoles juntos en la isla. Se trataba de gente que viajaba por diferentes periodos, y por primera vez en mucho tiempo éramos los más jóvenes. Estaban 3 que viajaban por 10 meses, otra 4 meses, 2 de vacaciones y la última pareja…impresionantes ellos dos. Ángela, escritora, compartió mucho con Juanlu y le animó más aún de lo que ya está a continuar con la poesía. Una de las noches Juanlu nos deleitó con una de sus últimas creaciones, y de nuevo todos quedamos fascinados. Fue maravilloso encontrarse con tanta gente de la tierra, que se echa de menos. Y poder compartir unas risas juntos. Compartir también las experiencias que se están viviendo, los aprendizajes y las fuerzas que uno saca de todo esto. Gracias chicos fue algo maravilloso.
La última noche fuimos a una fiesta que se organizaba en la isla, en la que de nuevo el fuego era el protagonista, junto con una música algo trance para nosotros, pero con la que de nuevo bailamos con esas cariocas que tanto nos fascinan. Fueron unos inolvidables días que nos hicieron sentirnos dichosos por estar vivos y disfrutar con los sentidos tan intensamente. Todo estaba a flor de piel.
Desde allí tomamos la decisión de hacer una travesía de cuatro días hacia la isla de Flores, que nos la habían recomendado por muchos lados. En ésta, pasábamos por la conocida como Isla de Komodo. Hasta entonces no sabíamos nada de esta Isla y resulta que es en ella, y en su vecina Rinca, en donde habita un enorme lagarto preshistórico, llamado el dragón de Komodo, por su parecido con este mitológico animal.
Tras diversas e interminables esperas llegamos a nuestro pequeño e insólito barco. Era totalmente de madera y parecía ser un antiguo barco de pesca adaptado para hacer travesías con turistas. Éramos un total de 17 personas, más 5 de tripulación, en 20 metros de largo por 3 metros de ancho. Dormíamos en el suelo sobre esterillas. No había camarotes, en la parte de abajo se guardaban las maletas grandes así que sacabas sólo lo imprescindible para cada momento. Las comidas eran mínimas, pero suficientes. No tuvimos agua dulce, más que para beber, y por lo tanto nada de ducharse durante esos días.
El ruido del insoportable y escandaloso motor se iba adaptando poco a poco a nuestros oídos, de tal forma que había momentos que ni los percibíamos, o al menos eso creíamos, hasta que paraba y la paz nos inundaba de nuevo. Hubo dos días que estuvimos navegando toda la noche con lo que dormir se hizo difícil. Sobre todo la segunda, donde la mala mar hacía que los vaivenes pasaran a ser tambaleos que nos movían a todos, de una lado a otro de la embarcación como si fuéramos marionetas.
Esa misma noche, pudimos ver como del mar salía una enorme y preciosa luna de color naranja. Fue un increíble momento el observar como avanzaba, aclarándose de color y haciéndose cada vez más pequeña, y su luz más intensa.
Una luna perfecta
Una Luna perfecta
acaramelada
en dorados,
surge de la nada,
en el horizonte
por el mar dibujado.
Sentados sobre la cubierta,
en la parte alta
del barco,
centramos la mirada
en la enorme
bola de fuego anaranjado.
Dentro de la tripulación nadie hablaba inglés, salvo, en teoría, el guía. Quien más que hablar inglés se tenía aprendida las frases que tenía que soltar para cada situación y cuando le preguntabas algo siempre te salía con un “my english is very short”, con lo cual no te quedaba otra que dejarte llevar por lo que deparara cada momento. Con los días conseguimos entablar pequeñas conversaciones con él con un vocabulario mínimo, es alucinante cuando te das cuenta del poco nivel de conocimientos de la gente de aquí, ya que no sabía ni decirte donde se encuentra la capital de su propio país.
Entre nuestros compañeros de viaje tenemos que destacar a Joao, un portugués que nos sorprendió con un viaje de 8 meses, del que tal solo llevaba dos y en el que había dedicado 1 mes a trabajar en un orfanato en Timor del Este. Cuando contaba su experiencia se le iluminaba la cara como un niño pequeño cuando le das un regalo. Y un regalo fue él para nosotros, por esa energía tan linda que irradiaba en todo momento. Fueron fantásticas las conversaciones que mantuvimos, y por supuesto fue un nuevo protagonista de las entrevistas a viajeros que seguimos haciendo.
Éramos 3 australianos, 4 austriacos, 2 portugueses, 2 belgas, 1 ingles, 2 franceses, 1 americano, 5 indonesios (la tripulación) y nosotros. Menudo popurrí. Durante todo el camino íbamos parando en diferentes enclaves para hacer snorkel (claro que no había gafas para todos lo cual era un verdadero incordio), o un treking para ver una vista del paraíso en donde nos hallábamos. Las paradas estrellas fueron para visitar el famoso dragón de Komodo. Daba miedo verlo y más cuando te decían que era capaz de atacar a un humano, que podía correr hasta 18km/h, siendo la mole que era. Media hasta 4 metros de largo y era una especie de lagartija gigante con esa lengua de dragón que tanto lo caracteriza. Pudimos verlos de bien cerca el segundo día, ya que el primero tan sólo los vimos de lejos. Fue algo impresionante.
Cris y Juanlu
Massaleros Vuelta al Mundo
Y ya llegamos a la isla de Flores en la que empezamos a ver, que hemos salido de la ruta más turística, ya que se complican bastante los desplazamientos, y junto con Eric y Christophe (dos franceses que conocimos en el barco)nos sumerjimos de nuevo en otra isla, pero esto ya forma parte de otra historia. Nos imaginamos que todos estaréis disfrutando o pronto disfrutaréis de esas merecidas vacaciones, y os deseamos la mejor de las energías para esos momentos, y que os recarguéis para hacer realidad vuestros sueños cada día.
Un fuerte abrazo a todos.
Un fuerte abrazo a todos.
Cris y Juanlu
Massaleros Vuelta al Mundo
Chicos!!! que bien que la estan pasando :D descanso a pleno y aun así siguen encontrando gente maravillosa!!! con Karo nos alegramos mucho !!!
ResponderEliminarbesos y abrazos
Que tal están mis chicos!!!!!!!
ResponderEliminarQue paz me han transmitido vuestras fotos y que cerca del paraiso nos habeis llevado.
Juanlu, el poeta. Ni el viajero, ni el ingeniero, ni el asturiano, ni el langreano, ... Cuando le hablo de ti a la gente me refiero a ti como, mi amigo Juan: el poeta. De les 3 jotes, la literaria.
Tu bañador y el disco duro van camino de Malaga en un paquetito y llegarán este próximo lunes.
Cris, Juan. Que bien que lo estáis disfrutando.
No abandonais mis pensamientos.
Os quiero
Chiquillos!!! Acabo de estar enseñándole a Mercedes (mi compi de piso) el blog, haciendo un repaso por todos los paises que habeis visitado y no da crédito! Jejejee...ya le he dicho que si,que os cuidadis fatal vosotros dos ;)
ResponderEliminarVaya sitio en el que estais ahora no??? Son una pasada esas aguas transparentes y esa arena blanca.Madre mía, que envidia que me ha entrao con la calorina que hace en Sevilla!!
Sólo deciros que estais guapisimos,que se os nota en la mirada lo bien que os encontrais y que no veo el momento de daros un abrazo (aunque ya me queda poco,ole,ole)
Mientras tanto,os echo de menos
Inmortal
Nos encanta ver que estais de maravilla, que playas, que sol, es de verdad impresionate parece que no es el mismo que vemos desde aqui, claro que ahora solo vemos un monton de nubes. Y hasta nos parece notar ese calorcillo que hace ahi. Teneis mucho que dar y eso es lo que debe notar la gente con la que os encontrais me encata que saqueis lo mejor de la gente.
ResponderEliminarComo siempre os decimos seguir asi porque nos emociana cada vez mas. Os hechamos mucho de menos.
besosssssssss
Como me gusta veros disfrutar tanto de vuestro super viaje. Me encanta ver vuestros comentarios, leer vuestras vivencias y observar la maravilla de fotos que nos regalais. Y lo mejor de todo es que yo he formado parte de ese maravilloso viaje.
ResponderEliminarUn besito muy grande y que sepáis que os quiero mucho.
Colo
Que maravilla niños! te imagino Cris cogiendo conchas y acordandote de tu hermana almu que le gustan tanto.
ResponderEliminarVaya vijecito que estais haciendo niños.Ya nos vemos pronto y estaremos al otro lado de la pantalla.
un besito niños y seguir disfrutando
Alaaa, que maravilla de lugar por donde habéis dejado vuestra huella. Doy las gracias por teneros y poder vivir junto a vosotros toda esta aventura que creo que será algo que marcará un antes y un después.
ResponderEliminarSeguid con esta historia apasionante, pronto tendréis compañía de la buena y los Massaleros volveran a crecer.
Cuidaros. Os quiero con toda mi alma.
Cristi & Juanlu !!!!! que pasada!! qué paraíso no!!!?
ResponderEliminarIslas del tesoro y Dragones.. joder es como un cuento..!! como un sueño lo vuestro. Y también hacéis que sea algo nuestro..
Os hemos echado mucho de menos en los caños, inmi y yo seguimos comentando vuestras aventuras y cuando no tenemos posibilidad de conectarnos nos preguntamos: "oye! donde estarán ahora estos mamones!!?" Después nos encanta mirar vuestra ruta en el mapa para ver quién ganaba la apuesta, que este año son del orden de: quien pierda pone las copas durante todo el día!! En Marrakech no eran copas!! qué risas hemos echado allí con Blanca...
Cuando podíamos conectarnos en algún bareto con wi-fi normalmente nos acompañaba gente que no os conoce y al mostrarles vuestro blog todos alucinan y nosotros orgullosos, nos ponemos tontorrones.
Sois unos artistas de las palabras, de las imágenes y de la vida!!!
Deseando veros pronto
Os quiero
Emilitaun
FELIZ DIA AMIGOS!!! =)..
ResponderEliminarEstamos Felices con sus experiencias y más aún de compartirlas!..
Besos!
Los Queremos!
Karo y Juan.
Queridos los dos....
ResponderEliminarHe estado yo un poco a la deriba, entre lo uno, lo otro, y lo demás, pero veo y me elegro que vosotros seguís con vuestra aventura, plena y total, con dragones de komodo, yo que soy muy de documentales, los conocía por ser muy macabros, los bichos en cuestión, afortunadamente, no selen de esa isla, que es donde deben de estar.....
Nada más comentaros,de vuestras vivencias, esprimiendo bien todo el jugo de las naranjas que vais encontrando, y eso es mu, mu, mu bueno, para vosotros que seguís "creciendo" y nosotros, disfrutando. Me recuerdo que ya habeís pasado el "ecuador" del tiempo,pero aún nos queda mucho por ver y disfrutar, no quiero ser (cenizu).
¿seguimos con los deseos? pues como que siiii
"Te deseo de paso que seas triste, no todo el año,sino apenas un día.
Pero que ese día, descubras que la risa diaria es buena."
Besazos y enormes abrazos,acompañados de fuertes risas
Hola, chicos, soy Angela.
ResponderEliminarDiego y yo hemos estado viendo vuestro blog y nos ha encantado. ¡Sois grandes!. Me he traído un buenísimo recuerdo de Gili Air. Fue una suerte cruzarnos con vosotros. No es fácil tropezarse con personas que estén tan vivas. En el avión de vuelta a Singapur, comprendí que no fue casualidad conoceros allí. Estabais en esa isla porque erais la propia isla. En los ojos limpios, tanquilos y transparentes de Juanlu pude ver aguas de coral, sueños, peces...poesía. Y en el alma apasionada, noble y en ebullición de Cristina sentí el fuego de los dos volcanes que vigilan las orillas. Gili Air me regaló serenidad y fuerza. Vosotros también. No os olvidéis de que vivimos en Asia. Si pasáis por esta ciudad, nos encantaría veros y tomarnos unas cañitas "Tiger" con vosotros a la salud del mundo. Besos y seguimos en contacto.
Angela
os lo abeis pasado muy bien ¿verdad? ¡que guay! yo quiero ir a ese sitio.
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