martes, 30 de junio de 2009

En la profunda y bella Tokamachi

Los nervios nos invadían momentos antes de llegar a la estación de Tokamachi. No sabíamos si la elección había sido correcta o no, pero algo nos impulsaba a aventurarnos en lo más profundo de Japón. El proceso para ir hasta allí, la verdad, es que fue muy al azar, y en manos del mismo nos pusimos. Tan sólo sabíamos que se trataba de una granja y que viviríamos con una familia de 5 componentes, tres niños y los padres. Nada más. En la estación nos esperaba Kenichi, el padre. No era difícil reconocernos ya que éramos los únicos occidentales llegando a la hora acordada, y eso él lo sabía, ya que no hay mucho turista, por no decir ninguno, en la zona. Nuestro primer saludo por lo menos fue llamativo, ya que nos dijo en español “Hola”. Por supuesto un apretón de manos tras, esto era lo menos que nosotros estábamos dispuestos a hacer (recordar que aquí la gente se saluda con inclinaciones de cabeza y de cuerpo completo, pero nunca con besos). De camino al hogar de la familia Iwasaki, pudimos empezar a saber algo del cabeza de familia, Kenichi, había estado viajando por Asia durante un año como ahora estamos haciendo nosotros, y que fue en la India donde conoció a su mujer. La verdad es que fue todo un alivio ver que hablaba un inglés fluido, ya que aunque lo intentamos, sobre todo Juanlu porque yo con la memoria de pez que tengo me resulta imposible, no conseguimos dominar el japonés ni un poquito, al menos hasta entonces.

La casa estaba al pie de una pequeña carretera y junto a la granja en la que trabajaríamos durante una semana. A la entrada, como en toda casa japonesa, te quitabas los zapatos y sobre un suelo completo de madera, con puertas correderas y enormes ventanales nos adentramos en el que sería también nuestro hogar. Al ser domingo pudimos conocer a la familia al completo nada más llegar. Mina, la madre que hablaba muy poquito inglés, Haruka, la mayor de los hermanos de 11 años, muy tímida e introvertida, Daichi, el mediano de 7 años inquieto y super-gracioso y la niña de nuestros ojos, Juna, de 3 años, con la que pasaríamos maravillosos momentos jugando e intentando comunicarnos. Ninguno de los niños hablada inglés y nosotros casi nada de japonés así que la comunicación comenzaba difícil, pero los juegos no entienden de idiomas. Nuestra habitación era muy espaciosa, lejos del cliché que tenemos sobre que las casas japonesas son pequeñas, y dormiríamos sobre futones en el suelo que colocábamos cada noche y recogíamos a la mañana siguiente. La cocina con barra americana se conectaba con el salón que consistía en una mesa bajita, sin sillas, en la que se comía y se hacía vida en familia. No había televisión. Lejos de nuestras casas llenas de muebles, en ésta no había mucho más pero a su vez estaba llena de vida.

La lista con las normas fue lo siguiente que nos enseñaron, no podemos olvidar que aquí está todo muy cuadriculado. En el almuerzo ya comenzamos a observar algunas cosas que nos resultaban extrañas, como que nadie esperaba a que estuvieran todos sentados si no cada uno comenzada a comer cuando quería, y por supuesto con palillos (sólo tenía un pequeño tenedor Juna la pequeña de la casa que no aprendería a comer con palillos hasta los 4 años), y eso a nosotros nos encanta. Los platos eran cuencos.
Al comenzar a comer y antes de levantarse de la mesa decían una frase que aunque la hemos memorizado no sabemos cómo se escribe y que significada algo así como gracias por los alimentos. La comida era toda ecológica con arroz tostado y muchas verduras y hortalizas, sopas que jamás habíamos probado y pescados, texturas y sabores muy lejanos a los nuestros pero que a la vez nos gustaban mucho.
Pese a ser domingo comenzamos nuestra jornada de trabajo. Estas consistían en limpiar los huevos del gallinero, sembrar en semilleros, trasplantar a la huerta, segar, echar abono (y como no usan fertilizantes lo que utilizábamos era abono natural de las gallinas que también recogíamos nosotros), sallar, limpiar la maquinaria, montar invernaderos, etc. La granja consistía en una cooperativa, en la que sólo Kenichi hablaba inglés por lo tanto siempre estábamos con él, y la verdad es que nos divertíamos un montón dentro de lo duro del trabajo. Se cultivaba de todo menos arroz, pese a que la zona de Tokomachi es la mayor productora de arroz de todo el Japón. Cultivábamos calabacines, maíz, patatas, tomates, kiwi y por supuesto huevos. La abundancia de mosquitos hacía que tuviéramos que usar manga larga, y las reacciones alérgicas que a éstos tenía Juanlu nos llevaba a ponernos constantemente montañas de repelente en las pocas partes al aire libre que nos quedaban.


Los cultivos de Tokamachi
El Japón
de los campos de arroz
ante nuestros ojos,
las manos son tierra
y la tierra nosotros,
entre nubes de algodón
y granjero que siembran
semillas en el corazón.

Como un jabón
de burbujas en flor,
los cultivos sonoros,
trabajan sin descanso, con paciencia
hasta perderse el sol,
inundados por la fuerza
fruto de la pasión.


Para arriba y para abajo todo el día, terminábamos reventados, pero contentísimos por todo lo que estábamos aprendiendo, sobre todo yo que nunca había trabajado en una granja y que jamás había plantado. Nos acordamos de todos vosotros y que sepáis que cuando plantábamos nos acordábamos de vosotros, así que tenéis al menos una dedicada a cada uno de vosotros, que en breve dará sus frutos. Pese al cansancio, cada noche nos esperaba algo, y es que nos convertimos en la atracción del lugar. Llevan muy poco tiempo recibiendo voluntarios, y la gente que han recibido son o bien japoneses o chinos, éramos los primeros españoles.


La primera noche tuvimos a un profesor de inglés amigo de Kenichi que vino a cenar a casa, al que le preparamos una tortilla de patatas y un pisto, y lo comimos con palillos. Sí, comimos tortilla de patatas con palillos, no parábamos de reírnos al ver la situación. Otro día un cliente de la cooperativa le contó a Kenichi que en uno de sus locales de Tokamachi se daban clases de flamenco y que si nos apetecía podíamos ir. Allí estábamos nosotros esa misma tarde. Fuimos recibidos con ovación en la escuela, que por cierto se llamaba “Soy Hitana” y nos hicieron bailar tres sevillanas, y nosotros pusimos todo nuestro arte en ello. Después nos hicieron ellas una demostración. Era todo gracioso escuchar sevillanas en Japón y verte a los japoneses, con lo recatados que son, emocionados viendo como bailábamos. Esa misma noche nos invitaron a cenar a un restaurante, el hijo del dueño del local en el que eran las clases de flamenco, comimos sushi y ostras, entre otras cosas, una pasada. De repente aparecieron unos amigos de ellos (uno, director de un resort de la zona, otro, hermano del que nos invitó a cenar ) y sacaron saque, vino, más cerveza y montaron una fiesta…a todo el que entraba en el restaurante le decían que éramos españoles y nos lo presentaban. Lo que os decíamos, éramos la atracción del lugar. Nosotros encantados nos dejábamos deleitar por todo. Ellos intentaban hablar inglés, y nosotros japonés y como podíamos nos comunicábamos (de esto tenemos un video muy divertido que hemos subido y esperamos que veáis).


A la salida, y como íbamos un poco bebidos Kenichi llamó un taxi, y el mismo apareció con dos hombres, el que llevaría el coche de Kenichi y el que nos llevaba a nosotros (curioso sistema que no estaría de más que se estableciera en nuestro país).


Al día siguiente teníamos nuestro día libre y se ofreció uno de la cooperativa a llevarnos, junto con dos chinos que trabajaban de voluntarios para él en su campo de arroz (ninguno de los tres hablaba inglés por lo que las señas fueron de nuevo las protagonistas), a llevarnos de ruta por la zona. Nos mostró todos los encantos de este lugar. A nosotros nos dijeron que íbamos a un Hot Spring, y nosotros creyendo que íbamos a un Onsen cargamos con las toallas, pero resultó que íbamos a un bosque que tiene Onsen, pero no a los Onsen. También estuvimos en miradores, el museo, y nos invitaron a comer, en este caso “soba”, espaguetis japoneses como nos lo traducen ellos (de arroz, por supuesto), y que están buenísimos (se toman fríos sobre un caldo y los absorben del tirón haciendo un considerable ruido). Nosotros no parábamos de estar asombrados con cada cosa que ocurría, y por cómo nos trataban.


Ese día comenzó a ser insoportable el dolor de muela que Juanlu tenía porque se le había partido una, con lo que tuvimos que buscar un dentista urgentemente, y de nuevo el problema era el idioma. La verdad es que tenemos que agradecer haber tenido a Kenichi con nosotros ya que se encargó de buscar un doctor y de coordinar con nuestra compañía de seguros que nos lo cubriera. Total que al día siguiente teníamos una taxista en la puerta de casa a las 8 de la mañana y al poco estábamos rellenando un cuestionario en japonés que nos iba traduciendo como podía nuestro querido amigo. Menuda faena, pero todo salió perfecto ya que el dolor desapareció. En la clínica también tuvimos que quitarnos los zapatos al entrar y nos daban unas zapatillas de plástico, y es que están muy obsesionados con la limpieza.


De vuelta al duro trabajo, y con el sudor de nuevo en nuestra frente, pero contentísimos ya que realmente aquí nos sentíamos queridos y cuidados por cientos de pequeños detalles que no sabemos ni como relatar. La experiencia de nuevo fue alucinante por la gente con la que nos encontramos, y como éstos nos trataron. No encontraríamos las palabras para agradecer como nos hicieron sentir la familia Iwasaki y todo el pueblo de Tokamachi.


Se había corrido la voz de que unos españoles estaban por el pueblo y de nuevo recibimos la visita de dos mujeres amigas de la familia y amantes del flamenco que querían conocernos. No os podéis ni imaginar la cantidad de preguntas que nos hacían sobre España y sobre nosotros (que como nos habíamos conocido, que le contáramos aventuras del viaje) y hacíamos lo posible para comunicarnos en inglés con todos. Cuando se enteraron de que quería probarme un Kimono nos invitaron, a la noche siguiente, a cenar a casa de una de ellas. Pero antes de llegar nos llevaron a conocer “las periculas”, o algo así, unas máquinas en las que te haces fotos a la japonesa, como ésta que os ponemos aquí. No sabéis como nos lo pasamos haciendo las fotos, la máquina no paraba de hablar en japonés dándonos instrucciones que nos traducía “Yosida” y que descojonados y a toda prisa cumplíamos. Fue toda una experiencia.


Tras ello llegamos a la casa donde de nuevo nos tenían preparada una cena y cientos de preguntas, y nosotros también preguntábamos. Y es que “Hirano”, la anfitriona, era profesora de las famosas ceremonias del té en Japón. Nosotros habíamos oído hablar mucho de ellas pero tampoco nos habían atraído. Consiste en una antigua tradición en la que se toma el té, pero con la peculiaridad, entre otras cosas, de que no se habla en todo el evento que puede llegar a durar varias horas. Hay todo un protocolo que se debe de cumplir en la ceremonia y que resulta tremendamente tedioso. La verdad es que estábamos fascinados con todo lo que nos contaban.


Al poco me subió la mujer al vestidor donde tenía preparado el kimono y comenzó con el complicado proceso de esta antigua vestimenta. No sabría describir cuantas partes tiene éste, pero desde luego son muchas, y te sientes un poco aprisionada, pero estaba encantada. Ella y el marido insistieron en regalarnos el kimono pero la verdad es que no nos caben más cosas en la maleta, así que nos negamos una y otra vez. Tenían también preparado un CD de sevillanas y nos pusimos a bailar y a enseñarles algo de tan amado baile. Estaban alucinados y nosotros también, no paraban de hacer fotos. La verdad es que fue una noche maravillosa, y maravillados por todo esto y otros cientos de anécdotas estábamos nosotros.


No alcanzo a explicar lo sentido en esta tierra y con estas gentes, con su comida y sus rituales, con su delicadeza y su timidez. Son muy difíciles de describir, y muy diferentes a nosotros, pero a la vez tan iguales. Ya llevamos más de 5 meses de viaje y no nos lo creemos, son tantas las experiencias vividas y tan intensas en cada momento que nos sentimos repletos de la gracia de la vida. Vivimos, sentimos y amamos intensamente cada momento que nos es regalado.


Esta poesía es una reflexión tras ver la película recomendada por Jandro, llamada Home, esperamos que a vosotros también os inspire como hizo con nosotros.

Casa
La casa,
mi casa,
tu casa,
nuestra casa,
las casa de todas
y todos,
esa, que transforma
semillas en bosques frondosos,
obra maestra
de la naturaleza,
recogen nuestro carbono
y nueva vida generan.
Nuestra casa,
de los picos nevados
a las inmensas praderas,
el agua corre sin descanso,
los polos se deshielan,
el desierto gritan llamando
a las nubes que no llegan.
Nuestra casa,
hogar de los milagros,
debemos cuidarla
para que no muera.
En los últimos años
las heridas abiertas
le han hecho mucho daño,
pero a tiempo estamos
de curarle sus penas.
Nuestra casa,
la casa de todos
y todas,
de los seres vivos
y de las piedras.

Gracias a todos,

Cris y Juanlu
Massaleros Vuelta al Mundo.

10 comentarios:

  1. Un ole por la familia Iwasaki, peazo de gente maja con la que os estáis encontrando...Cuanta grandeza hay por el mundo!Me parece, y ojala no me equivoque, que está aventura os ha marcado de una manera especial!Que razón tienen los que dicen que los gestos es el idioma universal...Estas andanzas por tierras japonesas me ha sorprendido gratamente y sobretodo esta estancia en el campo, que pasada chicos.
    Pri, espero que ya estés recuperao y la muela no te de más lata wapo.
    Cris, el kimono te queda clavao. Divina estabas!!
    Cuidaros cielos y ya sabéis que os quiero.
    Millones de besinos, muasssssssssssssss.
    PD. Después de cinco meses de aventura, por fin soy la primera en firmar, siiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!

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  2. holaaaaa! que linda semana se han pasado! realmente una experiencia increíble :) lo increíble es que en un viaje que hice a New York vimos en el hostel a unos japoneses comer soba y nos pareció muy gracioso... obviamente que me entero que se llama así por ustedes!!!!
    Cuantas sorpresas les ha dado Japon... me alegro :D
    Me adhiero a Jandro y el documental Home es realmente inspirador¡
    besos y abrazos desde aqui
    Juan y Kari :)

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  3. Impresionante lo vivido en ese pueblo de Tokamachi, vaya con el nombrecito, nos habéis metido de lleno con la familia y el pueblo entero. Se nota la sensibilidad de esa gente en las descripciones tan maravillosas, en la casa, en la granja, en la mesa, en el baile, con los vecinos...en fin que no os puedo decir más que me ha encantado.
    De nuevo las fotos preciosas, llenas de sensibilidad y que decir de mi Juanlu, vaya "peazo" poesías que te has marcado, si la de Cultivos del Tokamachi es buena, ni decir tengo de "Casa", esa me ha llegado al alma,
    la he copiado para cuando empiece el coloe ponerla en grande en mi tutoría, a ver si los mayores nos damos cuenta un poquito de como está la situación y también los peques, que a fin de cuentas son los que heredaran la "Casa".
    Bueno mis queridísimos, me ha chiflado esta entrega, diréis que soy repetida, pero es lo que verdaderamente siento, que me gusta cada vez más lo que estáis haciendo y como lo hacéis.
    Cuidaros mucho y seguid amándoos. Os quiero.

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  4. Estamos en este mundo donde solo se habla de crisis, paro, terrorismo, corrupción, enfrentamientos, diferencias, …, y después de leer vuestra pagina he sentido como se abría la ventana y notado como entraba el aire fresco y puro. Gracias por como lo escribís y como lo contáis, podemos ver, podemos sentir que hay esperanza, porque hay semillas y tierra, donde AMOR, trabajo, unión, compartir,…, es lo cotidiano.
    Sois una gran ventana que nos está enseñado el mundo de forma bella y positiva, gentes, hogares, paisajes, vistas, lenguas, y donde hasta el dolor de muelas de Juanlu tiene un final feliz.
    GRACIAS.
    CUIDAROS SOY NUESTRO TESORO

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  5. Estamos alucinadas con esta estancia en la granja. Para mi esta experiencia, es una de las mejores no solo por aprender a trabajar la tierra, que siempre enriquece (porque te das cuentas del trabajo que lleva poder comerte un calabacin y lo aprecias mucho mas) sino por la gente con la que os encontrais, ya que una esta cansada de ver en la tele lo malo del mundo asesinatos, maltratos,.... pero hay gente buena y eso es lo que venis a demostrar en este viaje que hay gente buena en el mundo que ayuda, que comparte.
    Me encanta y no sabeis hasta que punto porque es verdad que sois un rayo de luz en este mundo tan cruel que nos enseña esa ventana llamada television.
    Seguir asi por favor estamos enganchadisimos a esta pagina lo que escribis, las fotos, las poesias son cada vez mejores y nos trasladan a ese viaje tan maraviloso que estais haciendo.
    Besos y cuidaros mucho seguir queriendoos asi que se nota a la legua y hermano no descuides tus muelas que ya sabes que te dan una guerra tremenda no se me olviada que tienes unes cacho raices,.... por eso te duelen tanto, mas que a los demas.
    Muchos besos de parte de todos, os queremos.
    PD Cris por cierto te queda muy chulo ese kimono te favorece el amarillo.

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  6. No tengo palabras para describir lo que he sentido al leer vuestra ultima aventura con al familia Iwasaki...esto es PURA VIDA como decian en Costa Rica. Lo cierto es que desde que llegamos a España nos ha invadido, la crisis,el paro,la tristeza del pais..y nos sentimos que poco a poco se nos esta yendo la energia que llevabamos no hace tanto tiempo. Juanlu y yo nos miramos a la cara y parece que esa luz inmensa que teniamos en nuestros ojos se esta apagando lentamente.Cuando estas fuera todo parece y es tan sencillo!!. Aprendes los valores reales de la vida, entiendes los problemas que realmente son problemas y disfrutas de cualquier minima cosa que te encuentras por el camino.Sentimos que esta sociedad se ha convertido en una mentira que poco a poco nos esta destruyendo, borrando de nosotros nuestros sentimientos mas profundo como seres humanos, nuestros valores como personas. Es tan complicado vivir en esta sociedad.... Asi que nos encontramos en un periodo de lucha por encontrar nuestro lugar, por seguir sintiendo como sentiamos hace unos meses, no queremos que el tiempo pase tan deprisa inmersos en el trabajo y en poco mas...No queremos sentirnos viejos a nuestros 30 años.. queremos sentirnos libres como hemos alcanzado no hace mucho...
    Gracias chicos por recordarnos que nuestro viaje no fue un sueño y que si uno quiere puede trazar su camino como uno quiera...
    Un besazo muy fuerte y cuidaros mucho
    Ana y Juanlu (Los Alicantinos)

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  7. Eso es envidia de la mala, pero de la mala mala!!!.
    que bien lo estáis pasando y sin mi! que qe lo peor.
    Una de las cosas que me estoy preguntado es si la muela que te dolía es la misma que se te rompió o tenías rota en argentina.
    Desde luego masaleritos espero que Japón os esté gustando lo mismo que me gustó a mi y que por lo menos os acordéis un poquito del "pequeño" masalero que os dejáteis en Bolivia que tanto os echa de menos.
    Veniros ya!!!!! España os espera!!!!

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  8. Bufffffffff!!!!!!!!!
    Literalmente dos lágrimas!!!!!!!
    Lo he leido todo con mucha calma y con mucho deleite. Y también todos los comentarios que han ido dejando los massaleros. Muy lento. Nos inspirais. Nos llegais muy dentro. Nos emocionais.
    Me ha emocionado muchísimo vuestro relato de hoy. Que experiencia tan extraordinaria!!!!!!
    Y que sepais que inspirais a mas gente de la que quizas os imagineis. Y os muestro un ejemplo: hace dos fines de semana estuvieron en Gijón Jaime, Gianlu, Desy, Ilaria y también se quedó en casa mi amiga Mar. Y les enseñe vuestra última entrega de aquel entonces sobre vuestros primeros comienzos en Japón. Y alucinaron con vuestra narraciones. Tanto, que Mar me ha llamado esta semana y me ha dicho que del 2 al 13 de Septiembre se va con dos amigas a Tokio. Y lo que mas les influyó para elegir ese destino fuisteis vosotros.
    Y Juan tus poesias son preciosas. Tienes un don.
    Que ganas de estar ahí con vosotros!!!!!!!!!!!
    Que ganas!!!!!!!!
    Os quiero

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  9. Que maravilla chicos. Me teneis fascinada en todo momento con vuestros periplos.La verdad es que parece ser que Japon supera la realidad de los dibujitos que son tan fantasticos, y vosotros dentro de la historia.Acabais de dejar Japon y según he visto video estais en Bali.
    Uff! arrecifes de coral! buceo y danzas balinesas.Deseando estoy de veros y sentiros.Os espero pronto en la pantalla.
    os quiero

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  10. Chicos!! Mas vale tarde que nunca no? y aunque ya llevais medio planeta en el lomo,y yo no aparezco mucho por aquí,eso no significa que no os extrañe un montón...

    Y fíjate que voy y entro justo cuando estais posteando desde Japón,que es el pais del mundo entero que más ganas tengo de conocer.Ju!!!!que envidia me dais. Me he empapao los dos post de pe a pa y he flipao con las anécdotas que contais y sobre todo con las fotos.Que pasada!!

    Y ese sushi que os estareis zampando...Ay omá que rico!! jajajaja...supongo que el choque cultural debe ser brutal no?

    Os echo mucho de menos y os quiero un montón.Tengo cositas que contaros,algunas muy bonitas y otras un poco tristes así que en breve os mando un correito.

    Muaka!!!!

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